viernes, 30 de octubre de 2015

Actualizate



Los programas de computación necesitan ser actualizados con cierta frecuencia. Son hechos por humanos, y como tal, no son perfectos y necesitan ser corregidos sobre la marcha. La idea principal de cada programa tiene su propia base y finalidad, fue creado con un fin en mente bien específico. Aunque la idea principal de cada programa sea bien intencionada y hasta loable, no deja de carecer de muchos detalles y errores que salen a la superficie una vez que se pone en contacto con la realidad.

De manera similar, todos nosotros fuimos "programados" en prácticamente todas las áreas en la que nos desenvolvemos a diario. Sin percatarnos, y mucho menos haber autorizado para tal programación, hemos sido pre programados para ciertas funciones en cada fase de nuestra existencia.

Está en nosotros, cual empresa de desarrollo de programas de computación se tratase (nuestro propio Microsoft), en estar en esa constante búsqueda de mejoramiento y perfeccionamiento, con la idea en mente de buscar los programas más eficientes y efectivos que nos permitan vivir la vida que deseamos y soñamos.

Como todo programa, podemos traer los famosos "glitch" o fallas de programación de fábrica, en donde al programador o bien se le pasó por alto escribir el código correcto para la ejecución de funciones específicas y predeterminadas, o simplemente cometió un error en su escritura o estructura. Nuestras familias, padres, ambiente donde crecimos pudieron haber aportado algo de esto en nuestra crianza. De igual manera nosotros mismos hemos ido condimentado esas fallas de origen al fortalecerlas con su continuo uso y el descuido de la falta de revisión continua y corrección necesaria.

Atrévete a comenzar a escribir tus paquetes de actualizaciones por área de desempeño: pareja, padres, relaciones, trabajo, dinero, salud, espiritualidad, etc. De esa versión 1.0 ya obsoleta que sigues utilizando a diario en modo de "Auto Run" o piloto automático, ya puedes escribir nuevas versión 2.0 o 3.3.1, pero definitivamente, que sea la más apropiada para el mejoramiento de la calidad de vida que necesitas y mereces.

Si deseas comenzar o continuar con tus actualizaciones, te invito a que tomes la decisión hoy mismo, y participes en los grupos de actualizaciones por Internet o a manera individual en sesiones de una hora, en persona o por Internet.

Juan Ricardo Díaz

jueves, 29 de octubre de 2015

Aprender a Perdonar



He conocido mucha gente que anda cargando cruces ajenas sobre sus hombros. Esa carga pesada que no te permite avanzar y te hace sentir mal de diferentes maneras. Puedes pensar que no tienes nada que perdonar o a quien, pero te garantizo, que a lo largo de tu vida han sucedido eventos o personas las cuales piensas que te han hecho daño de alguna manera. Y es a esas personas que te conviene perdonar para poder sanar internamente y poder vivir una vida más placentera y armoniosa.

Pienso que muchos de nosotros podemos estar cargando cruces encima sin saberlo, lo cual nos priva de la felicidad, gozo y paz que todos podemos sentir y merecemos. Recuerdo las sabias palabras del póstumo Nelson Mandela, quien le respondió a un periodista al salir de la cárcel después de estar treinta años encarcelado injustamente que si guardaba rencor por las personas que injustamente lo encarcelaron, a lo que respondió: "Claro que no, porque eso sería como tomarme un veneno y esperar que mi enemigo muera".

Ahora, hay muchas veces en que las personas no saben a ciencia cierta qué es el perdón, cómo funciona y cómo se hace. Se dicen a sí mismos: "Tengo que perdonarlo(a)", pero la verdad es que no tienen la más mínima idea de cómo se hace. Es por ello que les comparto una reflexión al respecto.

He aprendido a lo largo de los años atendiendo personas que el perdón se hace desde un ámbito emocional. Ayuda entender que el perdón es una emoción. Cuando sientes rencor o resentimiento hacia alguien, realmente estás sintiendo rabia hacia esa persona. Es natural que cuando sientes rabia desarrollas deseos negativos hacia esa persona. 

El problema del rencor o el resentimiento es que mantienes esa actitud y emoción por tiempo muy prolongado dentro tu cuerpo, creando una atmosfera interna completamente negativa para ti mismo(a) y para tu organismo, el cual responde en forma adversa a ese constante "veneno". Básicamente, la falta de perdón enferma tu mente y tu cuerpo, no es chiste.

Para poder perdonar tienes que tomar la decisión de dejar ir ese deseo negativo hacia la persona piensas que te hirió o te hizo daño. Decide así: "A partir de hoy, y desde este mismo momento, decido dejar ir el deseo negativo hacia______, lo perdono y lo libero de toda culpa o dolor. Deseo que sea feliz y que Dios le ayude en su vida". Pídele a Dios que te de fortaleza y amor para suavizar y facilitar este proceso. Sin amor en el corazón, es complicado perdonar.

No tiene por qué caerte bien esa persona, olvidar lo que sucedió o pensar que está bien lo que hizo o dijo, simplemente es dejar ir esa rabia acumulada y querer sentirte mejor. Al fin y al cabo, como casi toda reflexión interna, acabas por entender que la persona que realmente tenemos que aprender a perdonar es a nosotros mismos, pues de alguna manera podemos haber pensado que lo que sucedió fue nuestra culpa por haberlo permitido o provocado. Realmente no importa si fue así o no, somos seres humanos, nos podemos equivocar y seguir adelante aprendiendo las lecciones de la vida.

Así que te invito a tomar la decisión hoy mismo de perdonar a todas esa personas que no has perdonado aun, y sobre todo a ti mismo(a). ¡Te auguro el mayor de los éxitos y felicidad!

Juan Ricardo Díaz

martes, 27 de octubre de 2015

Sintiendo Rabia



La rabia es una de las emociones que más permiso nos damos de sentir. Está bien sentirla y expresarla, hasta Dios mismo se da permiso de sentirla y expresarla, ¿recuerdas cuando Jesús tumbó las mesas del templo? Lo que puede estar errado es expresarla de forma que dañemos a otras persona, cosas o a nosotros mismos. Por la naturaleza de esa emoción, cuando se activa en nosotros busca destrucción y agresión. Si no nos sabemos medir en ese momento lo más seguro que vamos a decir y hacer cosas que nos vamos a arrepentir después que se nos pase.

La rabia se dispara cuando estamos manejando pensamientos de injusticia. Si tu mente se convence de que algo o alguien está siendo injusto contigo o con un ser querido, inevitablemente se va a disparar la emoción de la rabia en ti. Ayuda alejarse de la persona o situación que disparo la emoción, caminando rápido para obligar al cuerpo a cambiar el ritmo de la respiración, la cual debe comenzar a ser más profunda y rítmica con la idea de recuperar las sensaciones corporales. 

¿Recuerdas los dibujos animados cuando sienten rabia?, la cara está roja y echan humo por la orejas, pues generalmente es en la cabeza en donde más presión podemos sentir la emoción, y ese exceso de flujo sanguíneo en la cabeza nos puede hacer perder la razón por segundos, suficientes para cometer errores garrafales.

Debajo de esa supuesta injusticia, la cual puede ser real o no, siempre se van a estar escondiendo las emociones básicas de miedo y/o tristeza. De manera tal, que la próxima vez que sientas rabia, oblígate a preguntarte cuál es la injusticia de ese caso en particular. Una vez que la ubiques, hazte a pregunta: ¿Esta injusticia, me da miedo o me da tristeza? Al ponerte en contacto con la emoción que está debajo de la rabia, la rabia minimiza, e inclusive hasta desaparece porque ya no tiene razón de ser.

Las emociones se manejan primordialmente en la parte del cerebro llamada el sistema límbico o cerebro emocional, el cual trata y funciona con las partes instintivas y autónomas del cuerpo. Es lo que conocemos como el cerebro animal por sus respuestas carentes de todo raciocinio lógico. Si dejamos que esa parte del cerebro maneje nuestras vidas vamos a comportarnos como personas pertenecientes netamente al reino animal. Lo que se conoce como el cerebro nuevo, la corteza del cerebro maneja esas mismas emociones a nivel frontal, justo en donde se encuentra la capacidad del ser humano de discernir, tomar decisiones en base al intelecto, y otras tareas importantes que definen y cambian nuestra vida.

Todas las emociones que no se les da permiso de manifestarse o expresarse, conocido en psicología como reprimir las emociones, siempre van a buscar la manera de salir, y generalmente lo hacen por vías que nos son tan sanas. Es mejor dejaras salir por su vía natural. Si estás triste, llora, si sientes miedo, tiembla o grita, si tienes rabia exprésala sanamente, sin herir a nadie ni a ti mismo. Expresa la emoción, déjala fluir, pero usa tu intelecto para hacerla de la mejor forma posible, para tu propio bienestar y de los que te rodean.

Te invito a que tomes la decisión hoy mismo de escoger utilizar tu corteza frontal para manejar inteligentemente tus emociones y retomar el control de tu vida, tus pensamientos, y por ende, de tus acciones, logrando manejar más efectivamente tus emociones, principalmente la emoción de la rabia.

Juan Ricardo Díaz