sábado, 28 de diciembre de 2019

Recomendaciones para el nuevo año/década



Estuve reflexionando acerca de cuáles pudiesen ser las mejores recomendaciones para compartir con todos ustedes y creo haber llegado a unas cuantas plausibles. Haciendo uso de un acrónimo con el nombre “Rafael”, quedaría de la siguiente manera:

Respira: Crea conciencia de tu respiración, y haz ejercicios diarios para respirar mejor. Todo tu cuerpo respira, necesita del oxígeno. Dáselo en buena forma todos los días. Mientras haces tus ejercicios de reparación, incluye meditación y oración diaria. Una te dará el dominio sobre los pensamientos que necesitas para ese día. La otra te dará la confianza que necesitas para continuar adelante.
Aliméntate sanamente: El alimento es el combustible para el cuerpo. Proporciona todos los nutrientes que necesita el cuerpo para funcionar. Si le das muy poco, sufres, si le das mucho también. Hay que darle en justa medida y contenidos saludables. Tu cuerpo es la mejor “maquina” jamás inventada. Te va a dejar saber exactamente como la estas tratando. Déjate guiar por sus respuestas constantes. El truco esta en que debes sentirte bien, con fuerza y energía.
Fluye: Hay un dicho en inglés que dice: “go with the flow”, lo que se puede traducir como: “déjate llevar”. Esta idea contiene dos grandes premisas para vivir. Una es que no pongas resistencias al como se presentan las situaciones, personas y cosas a tu vida. La segunda tiene más que ver con permanecer en el tiempo presente. Si te atascas en el pasado puedes deprimirte, si lo haces en el futuro, te puede causar ansiedad. Es mejor permanecer el mayor tiempo posible en el aquí y el ahora, en lo que está sucediendo y transcurriendo en cada segundo. Los asiáticos tienen el ritual del té, el cual enseña a concentrarnos en cada paso del ritual, sin permitirnos distraernos a pensar ni en el pasado ni el futuro.
Acepta: La realidad como es, está bien, y no tiene que ser diferente. Mucho menos como tú quieres que sea. PapaDios no se equivoca. Aceptar es una consecuencia del amor propio, proyectado hacia nuestro entorno. Es dejar ser a las cosas, las situaciones y las cosas tal como son, sin querer cambiarlas en el presente.
Ejercítate diariamente: El cerebro necesita de dos cosas principales para seguir funcionando sanamente. Una es la glucosa, la cual proviene de los alimentos que ingerimos. La segunda es el oxigeno que respiramos. Del punto uno, al dos y ahora este reafirman la importancia de hacer ejercicios físicos, lo cual nos obliga a respirar de forma diferente, más eficaz, aspirando más oxigeno de lo normal.
Lee y ábrete a nuevos aprendizajes: el primer libro que recomiendo es la biblia. Sus enseñanzas son milenarias y actualizadas a cada tiempo. Se tiene entendido que tan solo en América se publican más de dos millones de libros al año. Eso no significa que tengas que leerlos todos, sino que hay para todos los gustos. Aparte que existen “clásicos” inmortales que deben ser leídos. Lo importante es que frente a cada nuevo aprendizaje podemos permanecer en estado de apertura, listos para aprender lo que no sabemos, lo cual es prácticamente todo. El aceptar que no sabemos nos enseña mas que cualquier otra cosa.

Si sigues estas recomendaciones por un tiempo prudencial, lo suficientemente largo para crearlo en hábito, te puede ir mejor, no solo este nuevo año 2020, también en esta nueva década y en la vida. Espero hayas disfrutado la lectura y sea de tu máximo provecho.

Aprovecho para recordarte que puedes buscar mis segmentos de psicología: “Al Mediodía con Juan Ricardo Diaz” en formato audio (podcast) en las plataformas de Apple Podcast, Google Podcast, Spotify, SoundCloud, iHeart radio, y otras.

Les deseo a todos un muy feliz y próspero 2020!

jueves, 21 de noviembre de 2019

Palabra de tres letras


A lo mejor ya has escuchado infinidad de veces, personas hablando acerca de la fórmula de la felicidad y el éxito. Desde complicadas teorías trascendentales, hasta menjurjes estrafalarios sin sentido. Pareciese que todos tienen algo que decir, pero nada que aportar.

Mientras millones de personas buscan desesperadamente ese secreto mágico para poder alcanzar el tan deseado nirvana, otros solo viven en el sin mucha complicación ni éxtasis. Solo hay que poner atención y leer entre líneas. La verdad está más cerca de lo que pensamos.

Aunque podamos dar fe de esos momentos circunstanciales en nuestra experiencia, lo más probable es que de alguna manera u otra hayamos podido sentir cierto grado de felicidad o regocijo, pero también es cierto que se nos dificulta llegar a ese estadio de sentimiento y sobre todo, permanecer en el.

Atinar con esa receta única que nos ayude a esa permanencia parece cosa imposible, solo el que la encuentra y la aplica sabe que no se puede engañar a nadie si no se tiene, no se posee, y sobre todo si no se da.

Manifestar lo que más se desea en la vida es solo la consecuencia de vivir en este estado. Solo aquel que comprenda que dar es vivir, y mientras más se da más se recibe. Pero no a manera de transacción comercial, es tan solo la respuesta de una ley natural.

A veces nos cuesta percatarnos de que nos la pasamos demandando, pidiendo y se nos olvida dar. Hazlo solo como ejercicio general. Esta semana solo da, da las gracias, da tus conocimientos, da solitud, da lo que puedas y lo que tengas. Luego solo espera.

Agradecer es le resultado de esta misma formula mágica que comento. Cuando haces lo que verdaderamente tienes que hacer no sale otra cosa que vivir en estado pleno y perenne de gratitud. Agradecemos todo y a todos, sobre todo a ese que nos dio todo.

Muchas personas lo han intentado y son fieles testigos de su efectividad. Luego vuelven a los hábitos antiguos y dicen que fue suerte de principiante o que solo fue una casualidad. Cuando los que se han atrevido a experimentarla en forma continua saben que es cierto y duradero.

Ahora solo te pido que leas de arriba hacia abajo la primera letra de cada párrafo, la verdadera solución está escrita en su número mágico. Haz eso y vivirás deleitado. Hazlo con todo lo que tienes, con todo lo que eres, con todas tus fuerzas y corazón. Hazlo de verdad, solo eso te liberará.


martes, 12 de noviembre de 2019

No tan libre albedrío



El tan renombrado libre albedrío viene a ser no tan libre como suena. Después de más de dos décadas estudiando y aprendiendo acerca del funcionamiento básico de la mente y del cerebro he llegado a la conclusión que nuestras conductas y decisiones están prácticamente predestinadas por nuestros aprendizajes neuronales.

Me explico: Desde la forma como pensamos hasta la manera en que actuamos viene dada por la configuración algorítmica en cómo y dónde se juntan (sinapsis) nuestras neuronas en el sistema nervioso, principalmente en el cerebro, elemento clave y en el tope jerárquico del sistema nervioso central. En otras palabras, no hay nada que pensemos, digamos o hagamos que ya no esté de alguna manera preconfigurado en nuestro sistema.

Este tipo de aprendizaje neurológico es bastante significativo, en el sentido que una vez formada la interconexión sináptica de las neuronas en juego, se van fortaleciendo día a día por cada repetición directa y/o indirecta del aprendizaje mismo. Suelo utilizar el ejemplo de aprender a montar bicicleta. Muy pocas personas pueden montarse la primera vez en una bicicleta y salir pedaleando de una vez sin tambalearse o caerse. Pero una vez superada la etapa del conocimiento consciente propuesta por Maslow, conocemos bien los resultados esperados. Vas a poder montar bicicleta sin problema alguno por el resto de tu vida, aunque pasen años entre una montada y la otra. Una vez que el cerebro aprende (léase interconecta las neuronas internamente para ejecutar la labor, en este caso, montar bicicleta) no puede desaprender, al menos que suceda algo contundente, como una experiencia traumática, ya sea a nivel psicológico y/o emocional o a nivel físico. Adicionalmente, mientras más monto la bicicleta y me atrevo a hacer cosas nuevas o diferentes (trucos) más se fortalece el aprendizaje neuronal llegando a desarrollar habilidades únicas y especiales. Todo aprendizaje puede ser tanto en lo positivo como en lo negativo, bien sean hábitos sanos o hábitos perjudiciales.

De esta misma manera todos los demás aprendizajes están “grabados” en ese sinfín de aros retroalimentados que llamamos la corteza cerebral y sus neuronas. De esta idea se desprende que prácticamente todo lo que hacemos y pensamos es consecuencia directa de todos esos aprendizajes previos, por lo que cabe la pregunta: ¿Cuándo tomo una decisión, realmente la tomo en plena libertad? O acaso todas esas creencias, aprendizajes, complejos y experiencias previas, por un lado, me limitan las posibilidades de escoger, y por otro lado, casi que me obligan el camino a tomar?

Creo entender que todo este asunto del libre albedrío tiene ramificaciones, secuelas y basamentos tanto filosóficos como teológicos, pero cuando se trata de algo tan personal, necesario e inevitable es mejor conocer e investigar.

Tal como dice el ya trillado dicho: “Todos los caminos conducen a Roma”. Casi todas mis reflexiones, por no decir todas, me llevan siempre al plano espiritual. Mi verdadero y único libre albedrío es reconocer a Dios como la fuente de todo, y en El encuentro esa libertad que el mundo (entiéndase la misma psicología, filosofía y demás ramas competentes en el tema) puedan jamás brindar.

Decía nuestro salvador Jesucristo en conversación con un grupo de judíos recién convertidos a cristianos por haber creído en él: “conocerán la verdad y la verdad los hará libre” (Juan 8:32). Mi verdad se encuentra en esas mismas palabras, y en quien las dijo. Creo entender que quizás no sea tu verdad, pero cuando encuentres “tu” verdad, esa misma verdad te hará verdaderamente libre y entonces quizás podrás decir que elegiste con albedrío.