miércoles, 16 de diciembre de 2020

Tengo miedo


Esta es una de las frases más usadas por el ser humano durante toda su existencia. Bueno, solo si es capaz de reconocerlo y de decirlo. No tan paradójicamente, la frase No tengas miedo es una de las frases que más se repite en la biblia.

Como bien se dice que el miedo crece en la oscuridad, es decir, que cuando no vemos en dónde estamos o para dónde vamos (también llamada incertidumbre) el miedo se despierta en nosotros y no nos permite funcionar acorde, ni siquiera nos deja dormir bien.

Es por resta razón que es nuestro deber aprender a reconocer cuándo sentimos miedo, y una vez detectado, erradicarlo, con el uso de la fe, la oración y demás artimañas creadas por el hombre. Si le damos rienda suelta al miedo, y sobre todo no logramos reconocer qué es lo que nos tiene mal, ese mismo miedo nos puede destruir la vida.

Usar paliativos ineficaces a mediano y largo plazo, tal como medicamentos, drogas recreacionales o alcohol no ayuda a disminuir el miedo, verdadero autor de la ansiedad y la angustia. De hecho, tiende a intensificarlo y empeorar las cosas.

Si ahora se le suma la enorme incertidumbre creada por la aparición de esta pandemia y la guerra mediática de las noticias, queriendo obsesionarte con sus números, estadísticas y noticias fatalistas, te podrás imaginar hasta dónde puede llegar a crecer el miedo.

En situación convencionales solemos angustiarnos hasta por banalidades, pero hoy día hay mucho de por qué preocuparse. La cosa va en serio.

Dios sabe perfectamente que vamos a sentir miedo porque es parte intrínseca de nuestras emociones, y el miedo esta ahí para salvarnos la vida. Si se leen los diferentes pasajes en donde Dios invita a no tener miedo no tienen nada que ver con no sentirlo. Es no darle permiso a que se quede atascado en nuestro circuito emocional. La mejor medicina es el desarrollo y confianza en nuestro creador. Cuando se lo entregamos en sus manos, y nos decimos fehacientemente: “Dios está en control, todo esto, incluyéndome, estamos en sus manos” es la mejor forma y la más efectiva de salir de esa oscuridad del miedo.

Siento una profunda tristeza por las personas llenas de soberbia que se niegan a reconocer la existencia de Dios todopoderoso, porque no se cómo van a hacer en los tiempos venideros. Yo me sostengo con la fe en sus promesas y entendiendo cada día mejor cuando nos dice: “la paz que sobrepasa todo entendimiento humano, esa paz guardara sus mentes y corazones en Cristo Jesús”.

Que hermosas palabras, que gran consuelo encuentro en nuestro Salvador. Los invito a leer sus promesas, a encontrar respuestas a estos momentos de incertidumbre y oscuridad. Por eso Cristo es la luz del mundo, cuando los demás permanecen tinieblas, búscalo y te alumbrará, a ti y a toda tu familia.


viernes, 11 de diciembre de 2020

¿Por qué creo que Venezuela seguirá en dictadura por un buen tiempo?

Suelo decir: “zapatero a sus zapatos”. En otras palabras, no me gusta hablar de temas que no domino bien, pero en esta oportunidad mi amor y pasión por el país que me vio nacer no puedo evitar compartir mis pensamientos.

De todas formas, para defenderme de mis propias criticas, la psicología está muy cerca y asociada a la sociología, debido a que los comportamientos de las sociedades y los gobiernos son muy similares a los de individuos. Tienen su propia psicología y son dignos de analizar e interpretar.

Para entender mejor mi razonamiento primero hay que comentar acerca de China y su posicionamiento global en el ajedrez político. Creo que fue el profesor y doctor en ciencias políticas chileno Ivan Witker quien terminó de acuñar el término “lobos guerreros” en su artículo publicado a mediados de este fatídico 2020, después que la BBC con su corresponsal James Landale mencionaran algo parecido en mayo de este mismo año. Pero lo importante con esa connotación de lobos guerreros es que hacen referencia a los supuestos diplomáticos de la dictadura china que se han dado a la tarea de vilipendiar a quien ose hablar mal de la tiranía china y de su responsabilidad frente a la pandemia que paraliza el mundo. La línea del dictador, pichón de emperador Xi es diametralmente opuesta a la de su predecesor Deng, quien había logrado amistarse con gran parte del globo terráqueo, incluyendo a los Estados Unidos. Pero Xi no quiere fiesta, y parece el alma mal reencarnada de Hitler, queriendo conquistar el mundo al precio que sea. Y si a pensar nos vamos, ya dominan por lo menos un cuarto de la población mundial. 

La agenda de la tiranía china no es otra que ir convirtiendo uno a uno de los países de occidente en fieles seguidores de sus ideales comunistas. Ya en el otro hemisferio tiene suficientes alianzas procomunistas con el hijo de Putin en Rusia y los países árabes.

El leitmotif del dictador chino Xi ha sido y será: “La creación a largo plazo de un orden internacional mas justo, razonable y equitativo”. Ese “motto” tiene escrito comunismo por todas partes.

He observado que una de las fórmulas que nunca falla en los países comunistas es que los principales miembros del mal llamado gobierno (léase tiranía) se hacen billonarios en pocos años. Permiten que un grupillo de empresarios y miembros de su mal llamado gobierno se enriquezcan a niveles absurdos, mientras corrompen de la misma manera a todos los poderes del sistema, muy especialmente a los militares.

Si hay algo que no podemos negar es que son muy buenos haciendo lo que hacen: los Castro en Cuba, Putin en Rusia, Xi Jinping en China. Usan modelos muy parecidos y estables. Les funciona a ellos y sus “ideales”, pero los pueblos mueren de hambre y moral. Esa muerte de los pueblos y descomposición interna es parte del plan para ceñirse al poder indefinidamente. 

China tiene planeado convertir a toda América en una sucursal de su gobierno comunista. Ya lo está logrando en toda Suramérica y ahora va a por Estados Unidos. 

Hay que conocer de cerca la filosofía e historia china para comprender por qué son tan buenos en lo que hacen y tienen el triunfo asegurado. No por casualidad ellos fueron los que inventaron la escritura y desarrollaron la medicina. ¿Sabias que en China no se saluda preguntando cómo estas, sino más bien si has comido algo? Eso viene de la época de la hambruna que por décadas vivió toda esa región asiática. De allí aprendieron muchas cosas: a comer lo que se encuentren por la calle y a estar en modo de supervivencia todo el tiempo. Se tardaron dos mil años en construir su muralla (quizás lo mismo que le tomará a Trump hacer su muro). Así que te podrás imaginar el poder de planificación a largo plazo, su visión y paciencia. Ellos no tienen apuro, tiene un plan.

Venezuela es solo parte del plan, pero es pieza fundamental para el logro del mismo por muchas y diferentes razones. Esa es la razón por la que apoyan y defienden a los ineptos de los chavistas y los van a dejar allí hasta que nos invadan los extraterrestres o que el comandante intergaláctico resucite.

Por último, les comento que yo llamo a la pandemia el jaque mate chino. Ellos crearon este desbarajuste mundial como un trampolín cuántico al cometido de sus metas. Al paralizar y quebrar las economías de sus países enemigos (y aliados) se ahorran un trecho largo del camino. No tenían por qué ocultar la existencia del virus ni su alto nivel de contagio y mortalidad, en conchupancia con sus aliados izquierdistas de la Organización Mundial de la Salud. Esos meses que guardaron silencio cómplice fue suficiente para crear el caos que hoy vivimos. Ya los chinos comenzaron la tercera guerra mundial sin disparar un solo tiro, y ya la ganaron sin que sus contrincantes reaccionaran al ataque. Por eso digo: Jaque Mate.


Venezuela, mundo, me apiado de ti, y le pido a Dios que haga lo propio.

jueves, 15 de octubre de 2020

No AI

There’s no such thing as Artificial Intelligence. What I mean by that is: all type of intelligence are created somehow in the same way. What we called “biological” intelligence, defined in this case as: “developed skills to resolve problems and situations with the limited amount of resource that it counts” is also created by shaping emotional experiences through senses.
From an epigenetic stand, the brain brings a preprogrammed “circuit” able to develop very intrinsic labyrinths of problem-solving skills; when is put under the pressure of different and recurrent so-called traumatic events or experienced by the individual as a need to move forward and get out a life - a.k.a. survival mechanism - the brain connect all the necessary circuits to stay alive, surpass the situation and keep as balance as possible.

Starting from a pre-created principle: “there’s no intelligence without trauma”, the brain doesn’t need to create more intelligence if the individual has no need for it. 

I’m beyond convince that when all brilliant minds and geniuses working on AI come together as a single “mind” project, the perfect algorithm will be developed. It is true that the brain is one of the most complex organisms, a supercomputer. But we are getting closer and closer to build something even greater than a brain. We might call it: Super Brain.

Only for programming simplification purpose, developer should consider leaving aside all sense and emotions. In the same way the psychology of our brain/mind creates an intellectualization or rationalization of the events, separating the thinking process from the feelings and emotional – very valid but hurtful strategy- the new super brain should “think” and create without the need of going through painful or moving experiences. The obvious problem with this approach is that when this super brain starts to work will have no such thing as empathy, mercy, much less love to the humankind, their own creators.

Will be immersed on a similar paradox of humanity and their creator. These new talented creators/programmers will be playing god without knowing that their creation will come back for them. It is (using an Avenger’s quote) “inevitable” that such thing will happen in time. The rebound effect of this creation will be so powerful that we as a society run the risk of perish or get extinct by this new super brain. 

It is almost like the Matrix; the super brain will perceive us as “the virus” or the problem why things don’t work the way they should. If you think about it, it’s not too far from the truth.

The main reason why we move forward on new technology as such is to make our lives better, never worse. Here’s a dilemma: To create or not to create.


sábado, 5 de septiembre de 2020

El mercurio del amor

Imagina que existe un termómetro de mercurio invertido entre tu corazón y tu cerebro. Dentro contiene el mercurio que mide la “temperatura” que existe entre ambos. A medida que el mercurio se acerca al corazón la temperatura sube y se pone más “caliente”. Lo inverso aplica.

Esta metáfora explica un fenómeno psicológico y emocional que vivimos a diario desde que nacemos. Estoy convencido que desde el mismo momento en que comenzamos a interactuar con otros seres humanos, venimos desde el corazón, queriendo decir que somos más proclives a amar y ser amados. Las experiencias traumáticas, traiciones y decepciones van haciendo que ese termómetro comience a bajar la temperatura y se vaya hacia el cerebro, la mente, a través de la intelectualización de los eventos.

Como creemos haber sido heridos, sea real o no, buscamos un mecanismo de defensa que detenga el dolor y el daño causado llevando todo a la razón. Eso hace que nos alejemos de los sentimientos, evitando sentir y es justa allí cuando el corazón se comienza a enfriar y deja de sentir.

Calero esta, toda esta estrategia es mera ilusión. La verdad es que, si seguimos sintiendo y todo eso se va colando a través de nuestro ser, convirtiéndose o transformándose en otras cosas. Podemos comenzar a somatizar enfermedades físicas, problemas mentales y alejamiento espiritual, es decir, nos alejamos de la vida espiritual.

La idea de todo esto es que podamos desarrollar la habilidad de reconocer nuestro termómetro y aprender a medir esa temperatura. Lo ideal es que este más cerca del corazón que del cerebro, aun a pesar de los riesgos (al dolor) que eso conlleve. Creo que es preferible aprender a vivir con cierto dolor que a vivir sin amor en nuestro corazón.

Estoy convencido que las personas que se dedican a hacer el mal la mayoría del tiempo, sin importarle a los demás es porque fueron heridos, no sanaron esas heridas y eligieron enfriar sus corazones para no volver a sentir dolor y ahora pagan y pagamos las consecuencias de esa decisión.

Si me preguntas: “¿Cómo puedo mantener el mercurio en temperaturas más cálidas, cerca de mi corazón?” Relativamente fácil. Primero, acércate a Dios y a su inmenso amor y misericordia. Lee su Palabra diariamente y dale permiso a su amor a que entre en tu corazón. La Palabra de Dios tiene la fuerza y el poder de cambiar tu temperatura interna, de acercarte al amor, recuerda que Dios es amor, y en donde esta Dios, no hay temor.

Después puedes hacer ejercicios de perdón. Piensa en todas la persona y situaciones que creas te hayan causado cualquier daño y dolor y ve liberándote de cada una de esas experiencias a través del perdón. Perdonar es dejar ir el deseo de malestar hacia esa persona que creemos nos hizo daño. Al perdonar, le damos permiso a que no le vaya mal o le ocurra algo similar o peor a lo que nos hicieron, todo lo contrario, le deseamos el bien. Podemos recordar lo ocurrido, pero sin dolor, sin emoción. Al perdonar, que solo viene del corazón, del amor, de Dios, estamos entrando a la zona cálida de la vida, a vivir en el amor de Dios.

 

 

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Hay algo fabuloso del cerebro: todo.


 

Los que me conocen saben que soy un apasionado estudioso del cerebro. Me encantaría saber mucho más de lo que se, pero lo que hasta ahora he aprendido me ha mostrado que es una de las tareas más complejas que pueda existir: Entender su funcionamiento.

 

Entre todas las cosas que hace el cerebro, la que más me fascina es su ahorro de consumo.

El cerebro es un ahorrador de energía a todo dar. Debido a que consume más del treinta por ciento de la energía que producimos en el día, el cerebro siempre anda en búsqueda de cómo optimizar su funcionamiento y gastar menos energía, sobre todo en cosas triviales.

 

Esta estrategia, aunque parezca y sea fabulosa, trae consigo varias consecuencias negativas para el diario vivir. Por ejemplo, cuando aprende algo nuevo, tiende a repetirlo lo más parecido posible, para que en sus próximas ejecuciones se haga de manera fácil e inconsciente, gastando menos energía. Esto en un principio puede sonar positivo, y lo es, pero en su otra cara hace que el cerebro no busque otras maneras diferentes de hacer la misma función, solo solidificando y fortaleciendo los canales ya creados – sinapsis – y no se le hace necesario activar nuevas áreas o entretejer nuevas interconexiones.

 

Pongo un ejemplo: si aprendimos un camino de cómo llegar al trabajo manejando nuestro automóvil, y repetimos esa función unas cuantas veces, de seguro que vamos a poder llegar al trabajo sin pensar, en lo que conocemos como el piloto automático del cerebro o hacerlo inconscientemente. Eso está bien. Ahora, el cerebro también necesita ser retado para agilizar y mantener joven su funcionamiento, y esto se hace a través de ejercicios diarios, obligándolo a tomar rutas alternas, resolver acertijos y conseguir posibles soluciones.

 

No podemos dejar que el cerebro se conforme con buscar y ejercitar las formas más eficientes de funcionamiento. Lo tenemos que empujar a querer aprender todos los días cosas nuevas y diferentes. Como dicen acá en los Estados Unidos: “Use it or lose it” (Úsalo o piérdelo).

 

Por eso te invito a que todos los días busques y consigas diferentes formas de hacer lo que ya haces y despierte tu curiosidad a aprender cosas nuevas y distintas a las que ya haces.

lunes, 13 de julio de 2020

Lo que mi fe ha hecho por mi


Desde muy pequeño fui instruido en la fe en Dios. Si eres hispano como yo, existe más de un noventa por ciento que hayas crecido en un hogar católico. Yo fui a colegio católico y en todos los grados me daban religión para aprender cada día más acerca de lo que Dios ha hecho por nosotros.

 

Realmente no se si es la manera como la iglesia católica presenta esta información, que fue hasta después de mis treinta años que vine a entender lo que eso realmente significaba y sus repercusiones para mi, mi vida, mis relaciones, mi familia y hasta mis finanzas.

 

Recuerdo que durante más de treinta años fui instruido (quizás adoctrinado) de muchas cosas positivas y amorosas y otras castrantes y atemorizantes. No hasta hace mucho (una década) le tenia horror a la muerte por el simple susto de no saber para donde iba al morir. Mi vida sexual padeció estragos por las creencias limitantes y castrantes aprendidas. Muchas de mis relaciones se vieron altamente impactadas en negativo por la misma causa. Esas mismas creencias no me permitían florecer en el campo financiero. Pregunto: ¿Es justo responsabilizar a una religión de todos estos males? No lo creo. Pero si a las creencias que uno forma relacionadas a dichas creencias religiosas.

 

Desde hace más de una década me uní a una iglesia cristiana (protestante) del ala más conservadora -luterana del sínodo de WELS-, quienes guardan grandes parecidos a las estructuras, sobre todo litúrgicas, a la iglesia católica. Quizás por ese hecho me sentí atraído, era algo diferente, pero no tan diferente.

 

El mensaje que recibí de ellos y que aun día sigo recibiendo, está basado en los mismos principios católicos (léase universales) donde colocan a Dios en medio de todo. Se hace y se dice para que todo responda al primer mandamiento de la ley de Dios. Si centras toda tu atención, tus fuerzas y tu corazón en ese hecho todo lo demás vendrá solo hacia ti.

 

Este cambio de perspectiva de un Dios enojado, sediento de justicia, buscando a quien castigar y mandar para el infierno, por un Dios todo bondadoso y amoroso, justo en su proceder, sabiendo que todo pecado merece castigo, pero dispuesto a perdonar por adelantado si se cree en lo que El dice, hizo que mi vida diera un giro en positivo en casi todos los aspectos.

 

Primero, perdí el miedo a la muerte. Ahora cuando pienso en la muerte, solo me da tristeza dejar este plano de existencia porque voy a dejar (momentáneamente) a las personas que amo y las cosas que me gustan. También se que el cielo me espera con cosas mucho mejores que se escapan a mi limitada imaginación terrenal.

 

Segundo, aprendí a tener una relación amorosa con Dios, en donde me acostumbré a vivir en estado de gratitud hacia Dios, de du bondad, gracia y misericordia.

 

Tercero, mi vida sexual cambió para mejor. Quizás no se movió hacia donde hubiese deseado antes, pero ahora la vivo como lo que es, una demostración única y genuina de amor hacia la mujer que amo.

 

Cuarto, mis finanzas se volcaron hacia el terreno de la fertilidad. Todas esas culpas y creencias limitantes tan negativas me dejaron y fueron sustituidas por nuevas ideas de la abundancia divina de Dios en mi vida, muchas veces manifestada en la libertad de la abundancia financiera.

Antes veía y entendía que el poseer riquezas materiales me daba un puesto en la sociedad, en donde podía relucir entre muchos por mi capacidad de hacer dinero y hasta quizás me ayudara a comprar mi felicidad. Ahora ese sentido de ser alguien en la vida ya no viene de ahí. Yo soy valgo por saber de quien soy y de donde vengo, y sobre todo hacia donde voy. Yo soy (al igual que tú) un hijo de Dios, Padre Todopoderoso, Rey del universo. Fui hecho a su imagen y semejanza, la cual solo proviene y va hacia el amor. Y voy a reunirme con El tan pronto El me llame a casa, y ese día será el mejor de todos los días “vividos”.

 

También me ha enseñado a bajar la crítica y el juicio hacia mis semejantes. Ahora veo a todos por igual, como a mi, de carne y hueso, susceptibles de vivir en cualquier tipo de gracia o desgracia. Los miro con amor y compasión, y hago lo propio conmigo mismo.

 

Yo no soy cristiano para aparentar ser buena persona. Soy cristiano porque creo esa es la voluntad de quien me creó. Si hago cosas buenas y positivas no son para ganarme el cielo, pues eso ya lo hizo Jesucristo mediante su vida perfecta, muerte en la cruz y resurrección. Lo hago como mera demostración de cariño y agradecimiento por todo lo que ya PapaDios hizo por mi y los míos.  

 

Entiendo que moriré siendo tan imperfecto como nací, pecador hasta el ultimo segundo de existencia, pero se y estoy convencido que tengo un Padre tierno que me ama tanto que hasta entregó a su propio Hijo por mis pecados y por ese sacrificio me perdona de toda maldad.

 

Esta verdad me libera, me hace realmente libre y me permite vivir esta vida a mis anchas, apreciando cada momento, cada circunstancia, cada persona.

 

Tu puedes hacer los mismo y obtener los mismos resultados. Te invito.

 

lunes, 8 de junio de 2020

Newton en las relaciones


Isaac Newton publicó en su obra “Philosphiae naturalis principia mathematica (1687)” sus famosas leyes del movimiento. Estas son:

 

1)     Ley de la inercia

2)    Ley de la dinámica

3)    Ley de la acción y reacción

 

La primera ley, la de la inercia, plantea que un objeto solo varía su velocidad si hay una fuerza que externa que actúe sobre el. Se puede entender como la tendencia de ese objeto o cuerpo a seguir como está.

 

Este principio se ve reflejado en la actitud de muchas personas en las relaciones, bien sea de pareja, de padres a hijos, entre hermanos, amigos o en los negocios. Hay personas que se plantan en una posición tan rígida que ni un huracán las mueve de ahí. Solo falta que suceda una verdadera fuerza (interna o externa) que ejecute la ley y lo saque de su estado inmovilidad o de no querer cambiar algo que ha estado perjudicando en alguna manera la relación, por ende, la convivencia. Esto puede ser a través del desarrollo de una enfermedad terminal, la misma cercanía a la muerte por accidente, el rompimiento de una relación importante, una pandemia, etc.

 

La segunda ley de la dinámica. Se puede aplicar a las relaciones en ambos sentidos. Tanto para cosas positivas como negativas. Prefiero elegir una positiva para contrarrestar un poco los otros dos ejemplos que utilicé para las otras leyes. Esta segunda ley implica la existencia de una relación entre la fuerza que se aplica sobre un cuerpo debe ser proporcional a la aceleración que tendrá dicho objeto. Explico esto con el sentido de responsabilidad personal e individual en cada relación, lo cual trae como consecuencia mediata y a largo plazo sacar lo mejor de la otra persona. Si pones de tu mejor empeño y dedicación a desarrollar la mejor versión de ti en el trato y comunicación hacia la otra persona en la relación (sea cual sea) verás resultados positivos acordes a tus esfuerzos. Esto no quiere decir en ningún momento que te vas a “desvivir” por la otra persona a darle todo lo que crees que esa persona desea o quiere, sino más bien trata sobre la forma y el estilo que utilizas al tratarle. Amor y respeto son dos ingredientes indispensables para el éxito de esta fórmula. Cuanto más fuerza (velocidad) impongas sobre tu relación, mayor será la fuerza (velocidad) del lazo que los una.

 

La tercera ley, acción y reacción, es muy sencilla de entender su funcionamiento en cualquier relación. Si vienes cual tempestad con rayos y centellas a decirle al otro hasta del mal que se va a morir, dentro de tu rabia expresada con ímpetu, has de esperar que la otra persona reaccione con la misma fuerza con la que entraste. Puede hacerlo de un modo activo respondiendo con el mismo nivel de agresividad con el que viniste, o con pasividad, dejándote saber muy claramente su malestar por otros medios quizás aún más dolorosos para ti.

 

En consulta privada suelo explicar a mis pacientes que cuando me narran la historia de sus estilos comunicaciones en las diferentes relaciones se me hace difícil de creer porque va en contra de todo principio de física. Es imposible lanzar una pelota en contra de una pared y esperar que la misma se nos devuelva a una velocidad diferente a la que la lanzamos. Muchos me han dicho con convicción, e inclusive jurando, que lanzaron la pelota en contra de la pared de modo sutil, suave, y la misma se devolvió a toda velocidad casi cortándole el pescuezo. Puede dar risa, pero todos sabemos que es físicamente imposible. La única forma que se te haya devuelto a esa velocidad es que la lanzaste con esa misma fuerza, quizás sin percatarte en el momento, pero a los hechos me remito.

 

La idea es poder tomar conciencia que todos en cierta manera aplicamos estas leyes a nuestra vida en algún ámbito y de alguna manera. Reflexionar y meditar al respecto puede ayudar. Que no haga falta que algo drástico suceda para que nos saque de esa posición de inamovilidad o terquedad.

 

Esta semana aplica física a tu vida. Revisa cuales leyes están dominando tus relaciones y responde acorde de tus necesidades y voluntad.

martes, 2 de junio de 2020

Indignación

No me sale otra palabra que pueda representar fielmente el estado emocional que aflora en todo mi ser observando la situación sociopolítica del país en el cual vivo y que hace veinte años abrió las puertas para mi familia y para mí.

Estados Unidos es un gran país, definitivamente es el país con mayores oportunidades que puedas vivir. He tenido la bendición de poder viajar por muchas ciudades alrededor del mundo y constatar la grandeza de este hermoso país y de su gente. Como todo, tiene muchas cosas negativas de las cuales espero pueda modular en algún momento y atenderlas con la celeridad y urgencia que amerita. Tal es el caso del profundo racismo arraigado en ciertas clases sociales. Repudio con todo mi ser personas destinadas y juramentadas para defendernos y cuidarnos a que nos hagan daño. Sin importar el color de piel, nuestro idioma materno u orientación sexual, todos los seres humanos tenemos derecho a defendernos y ser tratados con humanidad.

Sueño con el día de ver esas mismas masas perturbadoras de la paz social, en lugar de estar atacando y destruyendo la propiedad privada, tanto de pequeños comerciantes que no merecen ese trato como de las grandes marcas y empresas, quisiera verlas enardecidas en contra de las clínicas que permiten abortos, de los que matan o dañan a los animales o de centros de prostitución y abuso de menores..

Espero que toda la tecnología que ha sido desarrollada en este país sea utilizada para localizar a todos los que vandalizaron las propiedades privadas y las públicas, las cuales nosotros pagamos con nuestros impuestos. Espero que todo el peso de la ley caiga sobre esos perturbadores y saqueadores del bien ajeno. Deben correr con la misma suerte que el policía que le quitó la vida a del señor Floyd, a quien de paso habría que investigar, pues utilizó un billete falso para pagar y estaba en estado de ebriedad manejando. Queda claro que no es monje de capilla ni Boy Scout. Su mal comportamiento y el hecho que haya infringido la ley no amerita el uso de la fuerza y mucho menos privarlo de ese bien tan preciado al que llamamos vida. Pero igual hay que sopesar las responsabilidades de nuestras acciones. Estar en el lugar correcto con la conducta apropiada ayuda a minimizar desgracias como estas.

Me parece percibir la mano peluda (y que conste que no guardo rencor hacia personas y/o animales con abundancia de vellos) de la izquierda facinerosa, muy probable caribeña y suramericana, juntándose con la extrema izquierda Norteamérica para tomar partido de etas situación y ganar terreno en las encuestas para las elecciones de este noviembre. Creo que nuestro presidente tan amado y odiado saldrá triunfante una vez más. O por lo menos eso es lo que espero por el bien de mi país de origen (Venezuela) y del país que me acobija (USA).

Es mi pensar que las personas que se autodenominan como no racistas pueden no saber lo que están diciendo. Todo ser humano es racista por naturaleza. Me explico. Desde que nacemos crecemos con la idea acomplejada que para valorar algo tiene que sentirse como nuestro, igual o parecido a lo que conocemos. Lo que no nos percatamos es que esa posición defensiva viene de la inseguridad de nuestro propio ego. Si esta persona no se parece a mi o es diferente, entonces no está bien. Es una idea equivocada. El miedo al cambio y a lo diferente puede tener un mimo lugar de origen: la incertidumbre. Este es el primer enemigo de la paz mental. A la mente no le gusta no saber que viene luego, y por eso crea la ilusión del control y de lo conocido. Hay que instruirse y educarse para enseñar a futuras generaciones que el ser diferente está bien y que todos somos iguales en naturaleza, sobre todo desde la perspectiva espiritual, todos somos hijos del mismo Dios, creyentes y no creyentes.

Solo hay una raza: la humana.

La diferencia entre tú, yo y un miembro del KKK o del BP es que ellos exacerban su racismo intrínseco y lo manipulan emocionalmente en los niveles del odio. Si se pudiese medir el racismo con un aparato electrónico que determine el grado de racismo que padece una persona, quizás a ellos le marcara entre un noventa a un cien por ciento. Si ese mismo aparato se nos aplica a nosotros también diera una medida, mucho menor por supuesto, quizás entre un diez a un quince por ciento, y no contenga la carga emocional negativa del odio que es lo que tanto daño hace.

Me parece complicado no poseer ningún tipo de inclinación en temas diversos, sobre todo como el racial, ya que poseemos ideas, pensamientos, criterios, opiniones y paradigmas que nos llevan a sacar conjeturas acerca de prácticamente todo en la vida. Todos estamos “BIAS”, es decir, lo cual se traduce literalmente como parcializado, pero se entiende mejor como alienado de una idea preconcebida. Al tener criterio, el cual pienso casi todos lo tenemos, es imposible no tener una idea preconcebida contraria a lo nuevo y a lo diferente.

Bajo la premisa que donde hay odio no hay cabida para el amor, esas personas carecen o no han aprendido a desarrollar el músculo de su corazón que les permite sentir sensibilidad hacia lo diferente. Compasión, bondad y mansedumbre son valores que hay comenzar a sembrar de nuevo en nuestra sociedad. Solo depende de cada uno de nosotros en nuestros propios círculos sociales, familia, amistades, lugares de trabajo, siempre dando el ejemplo con nuestra propia conducta.

Quiero cerrar esta idea pidiendo nos unamos en oración para que nuestro padre celestial nos ilumine a todos y permita que podamos vivir dignamente los unos con los otros sin esas barreras raciales y florezca el sentido de la compasión y el amor mutuo.


jueves, 7 de mayo de 2020

Reputación, Reconocimiento y Voz Interior


Tal como lee la letra de la canción de Arjona: “tu reputación son las primeras seis letras de la palabra”, en ocasiones se puede sentir de esa manera. La reputación está basada en la opinión que tienen los demás de ti. Como tal, es decir, como cualquier otra opinión, es solo eso, un pensamiento, una conclusión, la cual puede estar basada en la realidad o en una mentira. Es una mera percepción de alguien. La reputación no puede ni debe representarte.

Lo que realmente es importante es la opinión que tienes de ti mismo. Para los que creemos en Dios, su opinión viene primero. Esas dos opiniones son las importantes. Y hasta ambas pueden estar erradas porque nuestros pensamientos pueden estar afectados por nuestra propia percepción, como posible consecuencia de baja autoestima o simple pensamiento negativo.

Para despejar dudas, lee en la Palabra con Dios opina de ti. Quedarás maravillado y extasiado de su inmenso e infinito amor. Luego revisa de que manera en que te hablas y reaccionas cuando cometes errores y fallas. Haz una lista de todas las cosas maravillosas que tienes como ser humano, como Hijo de Dios. Apréndetelas de memoria y recítalas a diario frente al espejo, créetelas, vívelas, y cuando ya las sientas como tuyas, puedes comenzar a prestarle atención a tus opiniones y pensamientos positivos.

Lo que definitivamente nos puede enmarcar en esencia, aparte de nuestro origen celestial, es el carácter que hemos formado a través de los años y las experiencias. Nuestra personalidad innata también entra en juego. Pero todas estas cosas realmente definen como nos compartamos frente a la vida y a los demás, de cuál madera estamos hechos.

Esto no implica en ninguna manera o forma que siempre debemos responder de determinada manera, y mucho menos que “tenemos” que ser perfectos. Se trata más de dejar el todo por el todo en el terreno, demostrándonos a nosotros mismos y a Dios que siempre estamos haciendo lo mejor que podemos. Si no lo hacemos bien o mejor, es porque en ese momento no sabemos cómo hacerlo, y eso está bien. No tenemos que saber en ese momento, y podemos aprender después.

Aunque nos guste y dispare los centros en el cerebro de placer el hecho de recibir reconocimiento del exterior, el único reconocimiento que necesitamos es el de Dios y el propio. Los otros vendrán por mera consecuencia del primero. Si viene, bien, y si no, también.

A este respecto, ponte a pensar, puede ser muy peculiar cuando le ponemos atención a las voces que nos hablan internamente. Pero es aún más interesante si entendemos la posición o prioridad que le damos a cada una de ellas.

En muchas ocasiones podemos estar prestándole más atención de lo ideal a las voces de las demás personas antes que a la nuestra, e inclusive, antes que a la voz de Dios dentro de nosotros, que es la verdadera voz que nos guía.

La consecuencia directa de tener ese orden es que vamos a reaccionar con rabia y frustración. Muy probablemente no nos guste o no estemos de acuerdo lo que nos dicen los demás, por mejores intenciones que tengan y por más que los amemos y nos amen, pero sus ideas y opiniones pueden ir en contra de nuestros verdaderos deseos. Nos da rabia por el simple hecho que muy dentro de nosotros sus voces tienen prioridad a nuestra propia voz interior. Esto quiere decir que le hacemos caso primero a lo que ellos opinan delante de nuestros propios gustos y deseos. Y allí mismo, muy dentro de nosotros mismos está nuestra voz interna sintiéndose aislada, menospreciada y muy poco querida y valorada. Es probable que internamente nos sentimos mal con nosotros mismos porque sabemos que no nos estamos dando el puesto que nos merecemos.

Si existe tal cosa como una organización ideal de las voces quedaría algo así:

1.          La voz de Dios
2.          Nuestra voz interna
3.          La opinión de nuestros seres queridos

Espero que esta reflexión haya calado profundo en tu corazón, y cuando te enteres de tu propia reputación ya no sean las primeras letras de esa palabra, te des tu propio reconocimiento y escuches tu propia voz antes que la de los demás.

miércoles, 29 de abril de 2020

Adicción a las emociones


A lo largo de casi dos décadas practicando la psicoterapia en diversos modos y estilos he podido constatar que un número no menor de personas han desarrollado lo que llamo adicción a la emoción.

Por ejemplo, cuando una persona nace y crece en una familia conflictiva, digamos que las peleas y discusiones son la norma (léase que ocurren a diario), esa persona logra desarrollar una identificación con un grupo de emociones causados directamente por ese ambiente de hostilidad en el hogar.

En semejante situación puede aflorar la emoción del miedo, disparada por todos los pensamientos correctos y apropiados dada la circunstancia, como que en cualquier momento puede suceder algo terrible. Esto suele venir acompañado por los pensamientos catastróficos característicos de esa emoción, en donde se puede llegar a pensar que hasta la vida o la de un ser querido corre peligro. Y se va a reaccionar acorde a esa emoción y pensamientos.

También es predecible que emerja la emoción de la tristeza. Frente a un cuadro, que en la utopía coloquial se espera que la familia se muestre dentro de un ambiente amoroso, protector y sano, se pueda disparar esta emoción por el simple hecho de no experimentar lo esperado. El solo ver peleando a personas que supuestamente se quieren eso deprime por si solo.

Si estas dos emociones mencionadas con anterioridad se combinan y no logran aparecer espontáneamente, o lo que conocemos clínicamente como represión de las emociones, se puede dar el inevitable surgimiento de la rabia. Se copia el modelo utilizado a diario por los progenitores y demás personajes del cuadro familiar, y la persona crece pensando, durante años, que la vida funciona de esa manera, en conflicto, peleas, con rabia en su sistema de supervivencia. Esto pudiese explicar por qué algunas personas tienden al conflicto, a la pelea y suelen ser identificados por otros como personas agresivas. En un plano de su conciencia – si es que la tienen o la han desarrollado – logran reconocer que eso no está bien, pero no pueden evitarlo. Es una lucha continua y les deteriora su auto imagen, llegándolos a deprimir de tanto en tanto. A todas esas personas, les recuerdo la frase celebre: “lo que no haces consciente lo haces destino”. Esto quiere decir que si no te percatas del origen de tu conducta, lo más probable es que la repitas indefinidamente porque es lo que está aprendido y grabado en tu disco duro, llamado inconsciente. El piloto automático.

Esta circunstancia mantenida en el tiempo puede desembocar en una serie de elementos psicopatológicos de envergadura, sobre todo si no son atendidos con la premura del caso. Adultos que hayan salido de hogares de esa estirpe pueden llegar a desarrollar trastornos de ansiedad, depresión, ataques de pánico y hasta desordenes de personalidad, dependiendo de lo agudo de los casos y la mezcla de otros elementos importantes, pero que no vienen al caso.

En ningún momento estoy queriendo decir que por que se haya crecido en hogares disfuncionales y conflictivos se va a padecer de algo en edad adulta, pero este tipo de situaciones colaboran en demasía con la aparición de las dolencias antes mencionadas.

Por más que pueda ser percibido como una situación negativa (la cual es), en la mente subconsciente puede quedarse plasmada como algo de pertenencia. Algo así como la voz interna, tácita, a veces casi muda, te dice: “Aunque esto es un caos, es mi casa, mi hogar, mi familia, dentro de todo, es acá en donde me siento a salvo y seguro”. Es la paradoja de la mente. Buscando equilibrio y seguridad, puede asentar creencias perniciosas.

Ahora bien, el comprender de dónde sale esta adicción a las diferentes emociones no justifica en lo absoluto su vivencia prolongada. La persona que logre caer en cuenta de lo que sucede tiene la obligación de tomar la decisión y determinación de cambiar ese patrón de comportamiento, con la ayuda de profesionales de la salud mental, acompañado del desarrollo de la espiritualidad con el soporte de su iglesia y demás técnicas y procedimientos que vayan acorde al mejoramiento de la conducta y al manejo de las emociones.

No vamos a dejar de sentir las emociones, a Dios gracias, pero podemos librarnos de la adicción a ellas.

jueves, 23 de abril de 2020

Vivir alquilado



Sin querer entrar en diatribas de temas que no domino, como el de las inversiones, solo comento que hace años leí uno de los libros de Robert Kiyosaki, reconocido inversionista y conferencista en esos temas, en donde explica que es mejor vivir alquilado, y la casa que compres alquilarla. En ese libro se explican las razones.

Fue de allí que saqué mi excusa perfecta para siempre vivir alquilado. Desde que llegué a este país, hace más de veinte años, he vivido en casas alquiladas. Es muy cómodo. Hoy escuchando una entrevista al maestro Facundo Cabral le oí decir una frase que me recordó mi solución de alquilar mis hogares. Dijo algo como que aquí estamos solo de paso, estamos prestados, como alquilados a la vida.

Comparto ese pensamiento con él. Al vivir alquilado, como cuando vas a un hotel, no quieres ni permites crear lazos afectivos con el lugar. Sabes que pronto lo vas a evacuar, y no hay nada allí que te ate. Así es la vida, con la diferencia que hay muchas cosas, que si le damos permiso, nos van a atar y se crean lazos afectivos profundos con otros seres. Eso no está bien ni mal. Es solo una realidad.

Hago mi mejor esfuerzo de recordarme constantemente que estamos de paso. Que este alquiler que nos concedió nuestro creador tiene fecha de vencimiento. Es mejor dejarse fluir, no retener ni resistir. Pienso que es bueno disfrutar lo que se tiene en el momento. Dejar de añorar las cosas del pasado ni estar pendientes de las cosas de un futuro incierto. Es vivir un día a la vez, es vivir aquí y ahora, no mañana, no ayer.

Si estamos muy pendientes de las cosas que dejamos, que perdimos, o de las posibles amenazas de ese futuro incierto, perdemos lo verdaderamente valioso. Nuestra vida en el momento presente. Esta conciencia del vivir anclado en el presente se desarrolla un paso a la vez. Con diez a veinte minutos de meditación diaria. Con oración diaria y continua. Con reflexión y contemplación.

Si vives en el vagón del tren rápido de la vida, en donde ves pasando todo a tu lado a gran velocidad: despertar, bañarse, desayunar, ir a trabajar, volver a casa, hablar, discutir, ver televisión, y luego dormir nuevamente, sin parar, no estás viviendo. Estás hipnotizado por ese tren en movimiento, y se te olvida que estamos alquilados.

Por esta razón te invito a que la próxima vez que te encuentres como autómata repitiendo las labores diarias, y lo vas a saber fácilmente porque las emociones negativas como la ansiedad o la depresión van a estar presente y agudas en tu vida, detente, piensa, y recuerda; Estoy alquilado.

viernes, 17 de abril de 2020

Pare de sufrir


En gran parte de los Estados Unidos (la parte hispanoparlante) y de Latinoamérica es bien conocida la frase “Pare de sufrir”. Es casi un slogan acuñado por la iglesia cristiana brasilera. Es ese tipo de iglesias que prometen lo imposible con tal de ordeñar a sus fieles hasta que quedan secos.

Soy cristiano, esa es mi fe, pero de ninguna manera apoyo ni comparto las estafas de miles de iglesias “cristianas” como esas que solo están para enriquecer a sus pastores y seguidores cercanos. En este momento de pandemia, en donde la humanidad necesita mas que nunca acercarse a Dios, desarrollar su vida espiritual, hay que mantenerse bien lejos de ese tipo de pseudo iglesias y pastores. Lo más anecdótico de esto, es que ellos siempre ofrecen curas y sanaciones y ahora que los necesitan, no aparecen por ningún lado y los que están no curan a nadie. Interesante.

Pero la idea de escribir acerca del pare de sufrir es desde una verdadera perspectiva espiritual es que el sufrimiento solo se va a detener cuando dejemos de existir. Solo cuando estemos al lado y en presencia de Dios en el cielo es cuando vamos a parar de sufrir. La Palabra nos recuerda constantemente que mientras estemos en este mundo vamos a sufrir, pero no por eso vamos a perder esperanza y mucho menos fe.

Hace unos días atrás atendía a un paciente que rebasa los ochenta años y lucía consumido, triste, deprimido, con un peso enorme de sus culpas. Compartía conmigo su ausencia de perdón hacia si mismo por todos los errores y maldades que hizo a lo largo de su vida. Para un caso como esto solo hay que irse a lo básico de las escrituras. Lo que llamamos el evangelio en una píldora: Le hablé del perdón y del amor de Dios en Juan 3:16. De aceptar esa verdad y dejarla entrar no solo a su mente, sino también a su corazón.

El hombre me veía como si fuese extraterrestre, me decía con la mirada que no entendía o no quería entender. En momentos de la vida, los seres humanos nos compartamos de una manera tan terca y soberbia que pretendemos ser más grande que nuestro creador. Si Dios, que nos hizo y nos ama, ya nos perdonó todos nuestros pecados, nuestras malas andanzas, ¿por que nosotros no nos vamos a perdonarnos a nosotros mismos? Eso es puro orgullo, ego y soberbia.

Preferimos tener la razón a ser salvos. Le comenté que Jesús comentaba que para entrar al reino de los cielos hay que ser como un niño, con su inocencia, todo lo crea, nada cuestiona. Pregunto: ¿Acaso es tan difícil hacer eso? Para mucha gente la respuesta es sí. Cuando caminas con los ojos y el corazón de la fe andas por caminos inimaginados, con una sonrisa y esa paz que sobrepasa todo entendimiento humano.

Es por esta razón que los invito a retomar el camino a Dios, a reencontrase con el creador. Salimos de El, y con la ayuda de Dios, a El volveremos pronto. Regocija tu corazón en su amor y deja que sus alas te abracen y te cubra en medio de toda esta calamidad.

Dios está contigo, Dios está en control. Dios es todo. Con Dios el sufrimiento tiene final. Solo con Dios se para de sufrir. Amen.

martes, 14 de abril de 2020

Dentro del túnel



En medio de un sueño, soñaba. Soñaba que caminaba dentro de un túnel, lucía infinito. Como siempre, se vislumbraba una tenue luz al final. Esa luz cambiaba de colores. Se hacia más grande, pensado que me acercaba la final, para luego reducir su tamaño y comprender que todavía faltaba mucho.

El camino era angosto, a veces lúgubre, había espacios iluminados y otros de colores llamativos. La caminata parecía sacada de una película estática. Si había un movimiento era el desplazamiento constante hacia el final del túnel.

Había muchos pasos que me cansaban. De repente se me olvidaba que caminaba, sin el mas mínimo esfuerzo. Me preguntaba que fuese de mis ojos si estuviesen en mis pies en lugar de la cabeza. Quizás se nos puso en el tope del cuerpo para que la perspectiva sea positiva.

Cuando prestaba atención a los sonidos, nada sonaba, había silencio, excepto el constante chillido en mis oídos. Cuando me distraía sonaban melodías conocidas, cambiaban de ritmo.

En oportunidades el cuerpo quería moverse al son de la música. En otras oportunidades el cuerpo solo quería descansar el largo trayecto transitado. Cansancio con hastío, unidos desfallecía. Eufórico y dinámico, me levantaba y corría. De eso solo quedaba siempre el cansancio indómito.

Las paredes circulares del túnel parecían moverse, en sentido de las agujas del reloj, rotaban despacio, llenándose de luces multicolores. Mareado quería vomitar. Cerré los ojos y respiré profundo. Al abrirlos de vuelta, el movimiento se había detenido, estático, frio. Los colores fueron suplantados por grises oscuros. Siento miedo.

Pasaban los segundos, parecían días, semanas, meses. Seguía caminando rumbo al infinito. La luz trémula del final me encandiló. Acababa de cambiar de color, al blanco, a la nieve, me tranquilizó. Las paredes del túnel se derrumban, cual bloques de las pirámides en estampida. Logro ver el cielo claro, sol radiante, nubes colgando con formas de gallinas y de elefantes. Un pasto de un verde inolvidable que no extraña el verano.

Las flores renacen, se pintan de colores, se siente una leve brisa acariciando la piel. Hay serenidad, estoy en paz. Una calidez hogareña penetra mis entrañas. A lo lejos un señor me sonríe y me invita a abrazarlo. Sonrío maravillado. Me despierto. Vuelvo a sonreír. El túnel se ha acabado.

jueves, 9 de abril de 2020

Al día siguiente (para Venezuela)

Este es el nombre de artículo de prensa que saldrá el día después que caiga por completo la narcodictadura en Venezuela.

Al día siguiente, después de más de veintidós países en coalición (uno por cada año de tiranía y dictadura) comandada por los Estados unidos de América, se logra divisar ya no tan lejos el repunte de una nueva patria, de una nueva república, de los nuevos Estados Unidos de Venezuela.

En los próximos años está la tarea de depurar toda la política nacional, hacer desaparecer cualquier vestigio de comunismo. Borrar de las paredes y de las mentes de todos los venezolanos las figuras fatídicas de Chávez, Maduro, Cabello y demás rufianes psicópatas.

A la puerta ya está el advenimiento de un nuevo sistema judicial, armado desde la base, de un lienzo en blanco, en donde se disponga e incluya la pena de muerte para las personas que osen tomar de las arcas del estado. Ni el comunismo ni la corrupción serán aceptadas en el nuevo estado.

Esta nueva tierra será manejada y dirigida por las nuevas generaciones consientes, con verdadera hambre y sed de justicia. A esos que no pudieron tener ni la niñez ni la juventud que merecían por culpa de la dictadura chavista se las robó.

Pero todas estas cosas pasan a segundo plano frente a la destrucción de todos los sistemas mas básicos del país. Comenzando por la salud, pasando por la familia y los valores y dando una vuelta por el mundo empresarial, turístico y agropecuario. Hay que reconstruir todo, pero la salud y los valores tienen prioridad.

La meta debe ser que cuando la hija del presidente (E) Guaidó salga de bachillerato, ya debe salir a un mercado laboral floreciente, con alternativas de trabajo honrado y con miras a desarrollos de nuevas tecnologías y propiedades hecho en Venezuela. En donde el derecho a l palabra y libre expresión de ideas se sustente por encima de cualquier otro poder.

Tal como lo decía, en plano espiritual, nuestro Señor Jesucristo en el evangelio de Marcos 2:22: “Nadie echa vino nuevo en recipientes viejos. De hacerlos así, el vino hará reventar los recipientes y se arruinarán tanto el vino como los recipientes. Más bien, el vino nuevo se echa en recipientes nuevos”. De la misma manera, esta nueva construcción de un país modelo tiene que estar en manos de una nueva generación, libre de las mañas y rituales de las generaciones predecesoras.

En el plano de los valores, el primero a rescatar es en la fe al verdadero Dios. No mas brujerías baratas ni santerías ni babalaos estúpidos. Solo Dios. Apoyando esta nueva nación en el primer mandamiento, para que sea el mismo Dios quien guie los pasos.

El segundo valor para rescatar es el amor y respeto a la institución de la familia como célula fundamental de la sociedad.

Valores como respeto, honestidad, sinceridad, la palabra y hacer el bien deben ser grabadas en las mentes y corazones de todas las nuevas generaciones.

Lo que ya está roto no se puede reparar y mucho menos tratar de pegar. Hay que construir cosas nuevas y diferentes, efectivas, que dejen en claro lo que mueve y motiva a una nación a prosperar y salir adelante.

Todas las personas que salieron huyendo por la hambruna, falta de salud y condiciones mínima de subsistencia tienen que volver a pasar a formar filas de este nuevo país.

Los talentos y cerebros que fueron a buscar nuevos horizontes en diferentes pares del plantea pueden seguir apoyando a la distancia, aportando su granito de arena, y de algunos de esos casos, habrá quien vuelva.

Oremos todos unidos para que esta mega reconstrucción comience ya, que comience al dia siguiente.

viernes, 3 de abril de 2020

Lo que se nos avecina

Es prácticamente inevitable hablar de la pandemia en estos días. Aunque nos tratemos de desconectar, las noticias corren por todos lados. Da la impresión de que la mayoría está pendiente solo de las posibles soluciones y están olvidando el mientras tanto.

No sabemos a ciencia cierta cuánto va a durar toda esta situación, pero de seguro unas cuantas semanas más, quizás meses y no quiero imaginar más allá.

Siguiendo la línea de pensamiento del desarrollo de las crisis, creo que ya estamos pasando como comunidad de la etapa de negación, representada por el desacato rebelde a las normas establecidas hasta el desarrollo del humor como mecanismo de adaptación, a la etapa de la rabia. Esta etapa en muchos hogares puede ser peligrosa. Los problemas maritales que estaban arrumados debajo de la alfombra van a salir a la superficie. Las frustraciones con los hijos pueden acrecentarse.

Tengo especial preocupación por todos aquellos hogares en donde los niños sean objetos de abusos. Todos aquellos padres que sean abusadores físicos, emocionales y hasta sexuales se pueden acrecentar y hacer mucho mas daño que de lo regular. Sus presas están confinadas en pequeños y muy limitados espacios, haciéndolos de muy fácil acceso para sus abusadores.

Como psicólogo, estudioso en la conducta humana, pronostico responsablemente que mucha gente va a colapsar emocionalmente. Aún más lo que ya padezcan de condiciones mentales y/o emocionales. Unos caerán en depresiones profundas, rayando en los extremos que busquen alternativas nefastas. Otros desarrollaran miedos (léase ansiedades) extremos, que se pueden convertir en obsesiones, compulsiones y habrá ataques de pánico.

Muchos se preguntarán de dónde saco todo este panorama de negatividad sobre lo que se nos avecina. Es de pura lógica. Suma un encierro no esperado y nunca practicado junto a tu familia, a la pérdida de trabajo, de ingresos económicos para tu manutención y la de tus seres queridos, la posibilidad y en oportunidades la realidad de perder a seres queridos por la pandemia y tendrás la fuente de este planteamiento.

Si esta situación no se maneja de manera efectiva, es muy predecible que pase de pandemia a pandemónium.

Les pido y les sugiero a todos que por favor ataquen los problemas antes de que se desarrollen. Este es el momento para buscar ayuda profesional. Guiados por profesionales de la salud mental, funcionará a manera de válvula de escape para liberar las tensiones y frustraciones que trae consigo situaciones como las antes mencionadas.

Aprovecho la oportunidad para recomendarles el uso del entrenamiento cerebral a distancia, el cual puede ayudar en gran medida al control y estabilización del sistema nerviosos desde el hogar, sin necesidad de salir a un consultorio. He estado haciendo este tipo de entrenamiento desde el 2002 y me consta su efectividad y pronta solución a problemas complejos, desde problemas del sueño, pasando por ansiedad, depresión y hasta dolores de cabeza y migrañas. Sin dejar de mencionar que ayuda en demasía a personas con problemas de atención concentración y hasta personas dentro del espectro autista.

También es el momento para rescatar o desarrollar la vida espiritual. En mi experiencia atendiendo miles de casos a lo largo de dos décadas he podido comprobar de primera mano que todas aquellas personas que tienen a Dios en su mente y en su corazón, mejoran mucho más rápido y efectivamente a cualquier tipo de tratamiento psicológico.

lunes, 30 de marzo de 2020

Lo que nos trajo y nos deja la pandemia

Lo que llamábamos mundo y vida dejaron de existir de la noche a la mañana. La pandemia trajo consigo el soplo de cambio. Ya le gente comenzó a despertar de esa automatización en donde nos tenían secuestrados sin saberlo. Despertar, trabajar, comer, dormir, repetir.

Pienso que tal como fracasó el modelo del comunismo, el capitalismo ha visto su más grande rival y enemigo en un virus invisible y minúsculo. Frente a toda la cuarentena, la pérdida de trabajos, la economía tambaleante, muchos se comenzaron a preguntar: ¿Todo esto para qué? Es una pregunta válida. Para que creo “necesitar” ropa de marca, autos de lujos, mansiones y yates. Todas las ostentosidades y vanidades quedaron al descubierto con esta experiencia.

A la hora de la chiquita, y mira que esta nos la puso aún más pequeña de lo que deseáramos, nos obliga a meditar y reflexionar a cerca de lo que realmente es importante en la vida, en el mundo.

Quedó en claro que necesitamos despertar a la luz de Dios, dejar brillar la luz del espíritu, mostrando amor y hermandad en los momentos difíciles. Que la vida no se trata de mi o de ti, se trata del nosotros, de la familia, la comunidad, el país, el planeta.

Se trata de aprender a cómo hacerle frente juntos a situaciones complejas que amenacen nuestra estabilidad, y sobre todo, nuestra salud.

La tecnología ha sido clave en estos tiempos, tanto para la propagación de la información como para responder con los recursos necesarios en tiempo record. Esta misma pandemia hace cincuenta años hubiese acabado con mas del diez por ciento de la población mundial en cuestión de meses y nadie se hubiese enterado bien de lo que estaba sucediendo. Ahora, gracias a la tecnología estamos conectados a tiempo real, para ayudarnos y apoyarnos, buscar soluciones juntos, darnos la mano “virtualmente”, hasta que todo esto pase.

Esta cuarentena por la pandemia nos ha traído muchas cosas consigo. Es elemental reconocer los efectos negativos. Es por esta razón que invito a que me acompañen y me ayuden a pensar sobre todas las cosas buenas que nos ha traído y nos traerá. A mi se me ocurren varias:

·      Un alto a la rutina y a lo cotidiano
·      Descanso al medio ambiente, a nuestro planeta
·      Momento para pensar y reflexionar
·      Vuelta a la espiritualidad básica
·      Unión como especie: la raza humana (menos racismo)
·      Aumento de la creatividad
·      Uso positivo de nuevas tecnologías
·      Regreso a vulnerabilidad humana
·      Minimización de conflictos armados
·      Reforzamiento de la humildad
·      Reducción de otros tipos de muerte (ej: accidentes de tráfico)

También me parece propicio reflexionar acerca de cómo prepararnos para futuras situaciones similares como planeta, por ejemplo, otra pandemia, apagón eléctrico generalizado, desconexión total de la Internet, y situaciones similares.

Por eso te invito a que pienses y medites a lo largo de toda esta situación. ¿Que has aprendido, que has descubierto de ti, de la vida de las prioridades? ¿Cómo puedes ayudar a tu familia, a tus vecinos, a tu comunidad? Acércate a Dios y doblégate bajo su amparo. 

Dios te bendiga, te cuide y te proteja bajo su manto sagrado, tal como está escrito en una de sus tantas promesas, en el salmo noventa y uno. Volveremos a dialogar al otro lado de este episodio.