sábado, 21 de septiembre de 2024

Te tengo un chisme

 Si abriste este mensaje más rápido de lo normal, quizás te gusten los chismes o por lo menos te entretienen :) 

Los chismes son comunes y hasta esperados. En un principio es bueno aprender a separarlos en dos categorías básicas: los buenos y los malos.

Un buen chisme no suele ser ese de sustancia jugosa, tristemente los de contenido positivos hacia una persona raramente se difunde como polvorín, mientras que los de contenido negativos si lo hacen.

Existe un cierto morbo de enterarse de los pormenores de la vida o las acciones de una persona, mientras más conocida por tu grupo sea, como que mayor relevancia tiene.

Me parece que es positivo y astuto mantener siempre presente la realidad de los rumores y los chismes siempre se van a esparcir, con buena y mala voluntad, lo que hay que hacer es no ser parte de la red que los disemina, que el chisme no pase de ti.

Recomendaciones para cuando te llegue un chisme de alguien:

1. Observa el morbo o el entusiasmo de la persona que te lo está contando, si es evidente y hasta exagerado, tenle desconfianza a esa persona, pues mañana puede hacer lo mismo contigo y tu reputación.
2. Escucha y analiza la historia o el cuento. Búscale primero la intención. ¿Cuál es el motivo real que se esconde detrás de esa información? Puedes olfatear que hay alguien que desea hacerle daño a otra persona por cualquier motivo. De ser así, detén a la persona, comunícale que no deseas saber más sobre el asunto y pasa la página. No te conviertas en cómplice de lo que hoy conocemos como desinformación.
3. Si conoces bien a la persona que es objeto del chisme, trata de contactarla y pregúntale directamente la verdad. Habrá quien querrá evitarte o tratará de disimular, pero en la mayoría de los casos te enterarás de que toda historia siempre tiene dos o más ángulos o verdades, y no somos quienes para juzgar a nadie. Solo Dios juzga en verdad.

La persona que disfruta chismear lo puede hacer por muchos motivos, dentro de los cuales están: 

• Mecanismo de adaptación: la persona usa el chisme para sentirse mejor consigo misma y de sus desavenencias y desventuras, es decir, su vida no luce tan mala frente al chisme que está contando.

• Envidia: existen personas que son envidiosas que utilizan el chisme como un arma para destruir o por lo menos socavar la tan apreciada pero frágil reputación de una persona. Que tan difícil y complicado puede llegar a ser la construcción de una buena reputación y que tan fácil y veloz puede ser su destrucción. Recordemos lo sucedido con el famoso golfista Tiger Woods hace una década atrás. 

• Baja autoestima: la persona que tiene poco valor hacia si misma suele no tener una vida ni interesante y menos ocupada. Por eso le sobra el tiempo y la disposición para hablar acerca de los demás e inmiscuirse en problemas ajenos que no le competen. Por el contrario, la persona con buena autoestima, como consecuencia de su justo valía, entiende y conoce sus propias fortalezas y debilidades y no tiene tiempo ni deseos de perder su valiosa energía dañando la imagen o reputación de otro ser humano.

• Sensación de poder: el hecho de poseer información, si se quiere, privilegiada de otra persona, puede dar la falsa ilusión de poder. La persona se siente que de alguna manera tiene en sus manos “el poder” de destruir a l otra persona.

• Altruismo: en pocas y contadas excepciones, las personas compartimos este tipo de información para proteger a familiares y amigos de posibles amenazas latentes de parte de la persona de la cual se esta hablando. Si se cree que la persona ha estafado a alguien, ha maltratado a su pareja, o ha abusado de alguna manera a otras personas, lo lógico y responsable es propagar esta información. Este es el único motivo válido para compartir información ajena, siempre teniendo en cuenta de que lo hacemos desde el corazón, con la verdadera buena intención de proteger a los demás. Mucha gente puede esconderse detrás de esta razón para hacer sus propias fechorías de lo que llamo sadismo social.

En muchos casos podemos fácilmente caer en la tentación de mostrar la famosa señalización de virtud, que es creer que somos moralmente superiores a los demás porque supuestamente no cometemos ese tipo de errores o procederes. Nada más alejado de la realidad. En lo particular, me gusta dar siempre el beneficio de la duda antes de saltar a cualquier conclusión. Si no conoces la historia de la persona y sus motivadores no es recomendable armar ningún tipo de juicio ni señalamiento hacia otra persona.

A toda persona que le observe de cerca, como suelo decir, con lupa, y peor aún con microscopio en su vida siempre se van a encontrar verdades ocultas que de salir a la luz y a la superficie serían un verdadero escándalo, capaz de producir una ignominia u oprobio hasta el mejor pintado.

Siempre es bueno recordar todos los aspectos positivos de la persona criticada o juzgada. Si esa persona ha hecho en su mayoría mayor bien y tuvo un solo desliz, es comprensible. Si la persona ha cometido el mismo error en repetidas ocasiones, entonces podemos estar frente a un mal hábito digno de observación y rechazo.

Por esta razón y muchas otras, es mejor siempre partir de la regla de oro: No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hagan a ti. Que es el invertido de trata a las demás personas como desearías que te traten. 

Se me vienen varios pasajes de la Palabra de Dios a la mente con este tema, parafraseando: 
Con la vara que juzgues serás juzgado. 
¡¿Como criticas la paja que tu hermano tiene en el ojo mientras tú tienes una viga en el tuyo?! 
El que no haya pecado que tire la primera piedra. 

Mientras seamos humanos, todos, sin excepción, vamos a cometer diferente tipo de errores. Que tu no cometas los mismos que otras personas o consideres los de ellos peores que los tuyos es solo cuestión de creencias y percepción. Es como Dios lo explica en Su Palabra: nadie está libre de pecado, todos hemos fallado. Todos los pecados, por pequeños que parezcan, siguen siendo pecado. No hay diferencia entre pensar algo y hacerlo. El único pecado que se diferencia y no tiene el perdón de Dios (dicho por Jesucristo) es el pecado contra el Espíritu Santo o el Espíritu de Dios.

Por lo tanto, te recomiendo que te mantengas alejado(a) de la tentación de esparcir chismes en contra de cualquier persona, y siempre corrobora toda la información.

Dile NO al chisme!