Recordando el principio básico de psicología
aportado por el padre de la psicología Sigmund Freud, todo lo que hacemos en la
vida se basa en solo dos razones: una es para evitar el dolor, y la segunda es para
sentir placer. Muy posiblemente buscamos sentir placer, no solo porque se siente
bien y agradable, es para justo evitar y evadir el dolor que con toda seguridad
nos presenta ala vida de tanto en tanto.
Freud aducia al griego con palabras como
Eros y Tanatos, en donde Eros refiere al placer general, pero enfatizaba el placer
procedente de la actividad sexual. Mientras que el Tanatos tiene que ver con la
muerte o con el dolor asociado a ella. Según sus ideas, el ser humano deambula
y se mantiene entre esas dos realidades, la vida (placer) y la muerte (dolor),
lo que en si encierra el motivo mismo de la vida y sus decisiones.
Te vuelvo a invitar a que pienses un
poco acerca de las últimas decisiones que has tomado en la vida para que
encuentres en donde esta el placer de esas decisiones y cuál dolor estás
tratando de evitar y evadir. Siempre es recomendable cuadrar tus decisiones
alineadas a estas dos ideas. Es decir, lo que en realidad quieras hacer y alcanzar
debe ir atado a una idea que no hacerlo te va a causar un dolor
indescriptible, y al lograrlo te vas a sentir con un gozo mayor (placer).
Por otro lado, si al igual que yo te
encuentras sumergido en batallas agotadoras contra hábitos insaciables que
parecen no querer desaparecer, aun a pesar de todos lo esfuerzos previos
atentados, es recomendable revisar de qué manera estamos tratando de saciar el
placer en nuestra vida.
Una de las formas mas comunes es a través
de la actividad sexual, pero si esta disminuye por cualquier razón, es lógico que
la búsqueda del placer se mueva hacia otros lados, tales como la comida, los
vicios: alcohol, drogas, cigarrillos, apuestas y hasta el trabajo mismo. Una
posible explicación para hábitos negativos persistentes es que no solo no están
dando una fuente de placer temporal y nos hacen sentir mejor en el momento,
sino que también, de alguna manera, nos esta haciendo evitar un dolor que no
dejamos salir a la superficie.
Desde mi perspectiva, siempre respetando
las creencias diferentes, todo se resume a nivel espiritual. Si nos adentramos
en oración y meditación a nuestra fe, y nos logramos conectar con profundo e inmenso
amor de Dios a nosotros, podemos obtener el placer absoluto y completo de esta
realidad espiritual y nos aleja eliminando por completo de todo dolor terrenal.
Es el amor de Dios descrito en las epístolas
de Pablo, Juan Pedro y Santiago, y en el mismo verso del evangelio de San Juan
3:16 lo que va a llenar ese vacío existencial que nos carcome produciendo mucho
dolor y privándonos del verdadero placer que sobrepasa todo entendimiento
humano.
Deseo encuentres el amor de Dios dentro
de ti, y este te de la paz que buscas, colmándote de placer espiritual y alejándote
de todo dolor.