sábado, 28 de enero de 2023

Padres que dejan abierta la sexualidad de sus hijos son abusadores

Viendo al comediante venezolano George Harris el otro día, hablando acerca del escabroso tema de la definición sexual de los niños por parte de los padres, sentí la profunda necesidad de poner mis dos centavos sobre este tema.

He aprendido a través de los años que, para poder tener una actividad placentera, y simultáneamente cuente con propósito y eficacia, esta debe poseer cierto número de normas y reglas que se cumplan para que pueda funcionar. Es como tratar de armar un juego sin reglas. Ese juego esta destinado a fracasar y no tener sentido alguno, aparte de ser muy aburrido.

Es por esta sencilla razón por la cual recomiendo que solo personas conscientes e informadas lean el contenido y propongan sus ideas, concordancias y desacuerdos en forma respetuosa y profesional. La única forma que conozco de poder debatir acerca de cualquier tópico en la vida es que ambas partes posean información y nivel de educación similares para que sea justa y que valga la pena. De lo contrario, sería solo una guerra emocional incongruente.

Aclarada las reglas de “juego”, explico el enunciado anterior. Después de haber estudiado y meditado acerca de la conducta humana y sexual por más de treinta años, me siento en la facultad y posición de poder plantear una opinión profesional educada a este respecto.

Una de las principales funciones y deberes de los padres es cuidar y guiar al bienestar general de sus críos. Dicho esto, eso incluye el conocimiento previo de la falta e incapacidad del infante y adolescente de poder tomar decisiones conscientes positivas para su vida futura. Biológicamente, la persona a esa edad carece del razonamiento lógico y madurez suficiente para poder tomar decisiones que impacten su vida en cualquiera de las dos direcciones. Esa es función de los padres hasta que la persona desarrolle esa facultad.

Al decir que un infante, bien sea recién nacido o con más edad, lo dejen “escoger” su sexualidad, y peor aún, su género, demuestra muchas deficiencias de los padres. No es lo mismo enseñarles, después de cierta edad, a que sea más independientes, dejando que escojan lo que se quieran poner para vestir entre una corta opción de posibilidades, a que ellos “decidan” su sexualidad y su género.

El lóbulo frontal del cerebro, el cual es la parte ejecutiva, en su zona prefrontal, justo detrás de lo que llamamos la frente en la cara de una persona, se encuentra una pequeña zona que determina lo que se conoce como el raciocinio y el “juicio”. Esa parte del cerebro no se desarrolla a plenitud sino hasta después de los veintiún años. Leyendo ciertas historias acerca de este tema en las redes sociales llego a pensar que muchos de esos padres carecen de esa parte del cerebro, sin importar la edad cronológica que tengan.

La sexualidad es una conducta, un comportamiento que uno aprende a desarrollar con el tiempo y las experiencias. Como conducta al fin, se puede modificar, cambiar, aumentar, disminuir y hasta eliminar (no lo recomiendo). Pero jamás debe ni puede definir el carácter y mucho menos la esencia de un ser humano. Somos y vamos mucho más allá de los gustos o placeres sexuales.

A todos aquellos padres quede alguna u otra forman obstaculicen el natural desarrollo de la sexualidad de sus hijos, deben ser objeto de investigación y procesamiento judicial por parte de las partes competentes. Si un padre o una madre, quizás ambos “apoyan” a que su hijo(a) decida cuando crezca que quiere ser de genero y sexualidad, lo mas probable es que oculten una agenda muy oscura. Con tan solo preguntarse por qué y para qué quiero que eso sucede, y cuáles son los beneficios y desventajas de hacerlo, se puede deducir fácilmente que debe haber un interés sexual oculto o simplemente una proyección de una frustración sexual por parte de esos progenitores.

Mi recomendación profesional es que esos padres deben buscar ayuda psicológica profesional antes de cometer “abortos emocionales y existenciales” en su decendencia.

Ahora, para colmo, nos hemos convertido en una sociedad culturalmente pobre y delicada. En donde ya casi nada se puede decir o hacer referencia a algo o alguien sin que haya alguien ofendido o resentido. Eso no tienen el más mínimo sentido. A toda esa gente les recomiendo trabajar su auto estima y dejar que el tiempo, ese gran maestro, les vaya creando una piel lo suficientemente gruesa para que nada los hiera y todo les resbale, para todo lo demás, hay vaselina.

Si una persona tiene sobre peso, como quien escribe, esa persona esta gorda. Eso es una verdad absoluta como el mismo elefante. Yo no voy a apoyar ni a incitar a la gente a que descaradamente y adrede insulte a otra persona, pero las cosas hay que llamarlas por su nombre. Punto y se acabó, fin de la historia.