sábado, 8 de mayo de 2021

El autismo puede salvarnos

Aunque el enunciado suene exagerado, lo más probable es que esté muy cercano a la realidad. Me explico. Las personas reconocidas como “típicas”, es decir, que no están dentro del espectro autista ni padecen de ninguna condición neurológica que las deshabilite en su funcionamiento esperado, están sufriendo un mal silencioso y a escondidas.

Me refiero al sistema de crianza actual. No es un secreto para nadie que la célula fundamental de la sociedad – la familia – ha caído en franco deterioro. Los principios básicos por lo que se ha regido la humanidad por miles de años han sido sometido a una observación inescrupulosa para su cese y desaparición. Lo que era la norma y lo lógico ayer, hoy está escudriñado por una sociedad tambaleante, sin deriva, creyendo que sabe mas que las anteriores por el simple hecho de que maneja mayor volumen de información a tiempos exageradamente rápidos.

La institución básica del matrimonio ha llegado a los puntos en donde en mucho más probable que las personas que se casen terminen en divorcio que juntas y un creciente número de jóvenes están optando por ni siquiera probarlo.

Es la generación más “yoista” que se ha tenido memoria, disfrazada de un moralismo insípido y neófito.

Como consecuencia de esta degradación de los valores y principios morales trae como consecuencia la mal o pésima crianza de las nuevas generaciones, construyendo nuevos Frankenstein que salen a llevarse todo por delante sin el más mínimo pudor y consideración. Ya sea por insultos en las redes, atravesadas en el tráfico, hasta los disparos a gente corriente en los sitios públicos. 

Estamos frente al surgimiento de una nueva clase social totalmente anárquica. Eso es muy peligroso para el sano desenvolvimiento de la raza humana tal como la conocemos, o por lo menos, creíamos conocer.

Mientras todo esto está pasando en gran porcentaje de esas pseudo familias mal formadas alrededor del planeta, en los hogares que han recibido el obsequio del universo y del orden divino de personas atípicas o dentro del espectro se está viendo una forma nueva y diferente de crianza. Por las limitaciones y diferencias que presenta la condición, los padres se ven obligados a recurrir a métodos no convencionales de crianza. Se les coloca una atención importante acompañado de terapias, ejercicios, y todo lo que haga falta, y con el tiempo se va bañando su atmósfera con una aureola de amor indescriptible.

Entiendo que toda regla tiene su excepción, y habrá varios hogares de personas atípicas que no son ni balanceada ni amorosas, pero la gran mayora de las familias (y cuentan por centenares) que he tenido la dicha y el honor de atender en las dos últimas décadas de vida profesional, puedo constatar que las personas que están desarrollándose en esos hogares son seres de luz y de amor, incapaces de sentir odio y mucho menos de dañar a alguien.
Si las proporciones de casos de personas dentro del espectro continúa ascendiendo de la misma forma que lo ha hecho en la ultima década, es muy probable que en las próximas dos décadas la cantidad de familias sea suficientemente considerable como para hacer un impacto positivo dentro de la sociedad.

Son todas esas personas dentro del espectro junto con sus familiares que pueden ayudar a salvar la sociedad que se nos viene.

Por esto concluyo que el autismo puede salvarnos.