miércoles, 30 de septiembre de 2015

El Poder del Pensamiento Positivo

La entrega de hoy trae como nombre el título de uno de los libros más vendidos en los años 50 y 60's acá en los Estados Unidos del autor Norman Vincent Peale. Si aún no has tenido la oportunidad de leerlo, te lo recomiendo.
 
Pero la idea que tengo en mente es conversar un poquito acerca de la gran diferencia que puede hacer en nuestras vidas el cambiar el hábito de nuestros pensamientos diarios.

Sin darnos cuenta o percatarnos, muchas veces entramos en rutinas de pensamientos que nos llevan a sentirnos de una manera específica, la cual puede traer resultados adversos a los que deseamos y fácilmente se convierte en un círculo vicioso interminable...pensamos de manera negativa, esto nos hace sentir mal, tristes, molestos, desesperanzados, etc., y esto a su vez hace que las cosas nos salgan mal, y terminamos por sentirnos aun peor de lo que ya estábamos.

¿Te suena familiar esta tragicomedia diaria?

Si tu respuesta es afirmativa, bienvenida al mundo de la gran mayoría de las personas que habitamos este hermoso planeta. Pero si por el contrario, tu respuesta es negativa, te felicito sinceramente, pues perteneces a un grupo selecto de seres humanos que saben vivir y disfrutar de la vida a plenitud.

Mi intención es poder ayudarte a moverte del primer grupo al segundo, o por lo menos comenzar a hacerlo a través de un ejercicio bien sencillo y eficaz. A partir de este momento, y por el periodo de una semana (7 días seguidos), comienza a tomar nota de todos los pensamientos que tengas durante el día. Para esto, lleva una pequeña agenda o cuaderno, tipo diario personal o journal siempre a la mano para que se te facilite el ejercicio. También puedes ayudarte con tu teléfono celular o demás aparatos electrónicos como el Ipad o laptops. Puedes grabar notas de voz y luego las escribes. La idea es que dejes por escrito lo que se llama tu patrón de pensamientos o meta programas. Este ejercicio es para poder pensar acerca de tus propios pensamientos o meta cognición.

En un principio puede lucir complicado o aburrido de hacerlo, pero te prometo que si lo cumples a cabalidad, te sorprenderá todo lo que vas a sacar de ahí. Cuando culmines con esta parte, comunícate conmigo vía correo electrónico, Facebook o por teléfono y te doy las instrucciones para completar el ejercicio.

Juan Ricardo Díaz

martes, 29 de septiembre de 2015

La Espada de Acero

Si no has tenido la oportunidad de ver a un herrero fabricar una espada de acero, te narro como suceden los eventos.

El herrero toma una pieza de metal con las dimensiones cercana al tamaño final deseado de la espada. El metal es una aleación especial para formar el acero. Toma esa pieza y la somete a muy altas temperaturas, más de 700 grados centígrados, hasta que el material se pone como se dice al rojo vivo, aunque realmente es más parecido al color naranja. Cuando el metal está en su punto de calor, lo pone sobre un yunque de metal y lo forja a golpes con un martillo muy pesado, también de metal, para irle dando la forma que desea a la espada.

Luego de ir aplanando los costados y dándole cierto filo, lo sumerge en líquido, el cual esta a una temperatura mucho mas fría que el metal y produce un humo por el cambio brusco de temperatura. Luego el herrero procede a someter al metal nuevamente al calor del horno hasta volverlo a poner al rojo vivo, lo golpea fuertemente, lo introduce al líquido para enfriarlo. Este proceso se repite tantas veces sea necesaria hasta lograr el resultado deseado.

Al final sale una espada muy duradera, o como lo llaman los herreros, unos de los metales más nobles, pues se convierte en uno de los objetos más resistentes sin perder su flexibilidad.

Si te suena familiar esta historia, entonces quizás entenderás mejor la analogía de cómo creo yo que Dios nos trata a todos nosotros. Pero recuerda que al final, saca lo mejor de todos nosotros.

Mi más sincero deseo es que te logres convertir en una verdadera espada de acero!


Espero que lo hayas disfrutado y sea de tu utilidad!

Juan Ricardo Diaz

martes, 8 de septiembre de 2015

Virtudes en Acción

Entre las virtudes necesarias para el logro de la meta final de la vida, o Propósito en la vida pueden considerarse tres:Paciencia, Humildad y Confianza.

Estas tres virtudes pertenecen irremediablemente a la energía femenina, reina de la pasividad, y esta puede ser unas de las razones por la cual cada vez que se trata de desarrollar una de ellas o todas,la persona tiende a desactivarse, ganando cualidades de las virtudes antes mencionadas, pero perdiendo facilidades que le permitan lograr diferentes metas en diversas áreas de la vida.

Esto no tiene que ser de esta manera, se puede lograr un justo equilibrio en el desarrollo de todas estas virtudes tan loables y necesarias para el crecimiento del espíritu en el ser humano, para ello se describen cada una de ella con su nuevo adjetivo dinámico:

Paciencia Activa

Una de las mejores maneras que se puede encontrar para definir la paciencia es la del saber esperar, sería como aprender a vivir más en el tiempo Kayros (el tiempo de Dios, todo llega su debida hora), más que en el Kronos (nuestro tiempo, el reloj).
Para una persona que está comenzando a desarrollar la virtud de la paciencia la puede confundir fácilmente con un sentarse a esperar a que los hechos ocurran, y esto no necesariamente va dar los resultados esperados, como bien dice el dicho “A Dios rogando y como el mazo dando”.
Aprender a esperar sin dejar de estar activo, en movimiento, es uno de los retos a los que nos podemos enfrentar diariamente en ese proceso sinfín del logro de nuestros sueños y anhelos.
Aquí podemos comprender de mi primera plana, que por más que planeemos, nos organicemos con metas claras y ejecutemos a la perfección,las cosas no se dan hasta que tienen que darse, es decir, que siempre vamos a estar bajo los designios y la voluntad de Dios, nos guste o no, lo aceptemos,creamos o no.

Humildad Activa

Basta reconocer que todos los atributos que podamos contar como seres humanos, conocidos como dones, talentos especiales y destrezas no son más que obsequios otorgados de lo alto.
Por esta sencilla razónes un absurdo supremo querer vanagloriarse de cualquier cosa que obtengamos enla vida.
Por más esfuerzo que le pongamos, y queramos caer en la tentación del ego de querer rendirse culto a uno mismo, la pesada realidad de que no nos pertenecemos a nosotros mismos, y mucho menos las cosas que lleguemos a alcanzar, hace que tengamos que rendirnos a los pies de nuestro Creador en alabanzas y glorias por todos los favores recibidos.
Y es justo de esta acción de agradecimiento de donde proviene la parte activa de lo que debe ser nuestra humildad. El reconocimiento a voz viva de que todo lo que somos, lo que logremos y poseamos no es más que regalos inmerecidos de un Dios repleto de amor por nosotros.

Confianza Activa

Luego de planear, organizar y ejecutar todas las funciones necesarias en los diferentes aspectos de nuestras vidas; de haber esperado con esa paciencia activa descrita anteriormente, y de mantener esa actitud de humildad activa, se pasa a la tercera acción, no menos importante ni menos difícil de llevar a cabo: el proceso de confiar activamente en que todo lo que hemos planeado, organizado y ejecutado está bajo los designios y voluntad de Dios, y que siempre va a suceder lo mejor para nosotros acogidos bajo la sombra de nuestros Creador.
Es seguir adelante en ese camino invisible que se va armando justo en frente de nosotros a medida que vamos avanzando en el recorrido de nuestras vidas. Confiar activamente, es ese caminar frente a ese vacío con la plena certeza de que el camino aparecerá a nuestros pies al momento de dar el próximo paso.

Por otro lado, la emoción que más puede paralizar al momento de querer nuestros deseos más anhelados, es la ya trillada emoción del miedo, pero es interesante hacer resaltar que esta emoción, como todas las demás emociones pertenece a ese lado femenino del ser humano, sin importar su sexo, y como se mencionó anteriormente, es pasivo.
Por sobre todas las cosas, de todas las emociones,ésta es una de las que más invita a la pasividad, a través de de unas de sus manifestaciones comunes como lo puede ser la parálisis frente a un evento que nos cause temor.
En contrapartida al miedo, está la valentía, más que una posible emoción o forma de pensar es una manera de reaccionar, demoverse, de resolver, por lo que todo indica movilidad, movimiento, dinamismo,es decir, acción, por lo que se puede considerar activo, procedente de la energía masculina.
Se ha reformulado infinidad de veces la pregunta acerca de la diferencia fundamental entre el miedo y la valentía, y definitivamente, ya se tiene bien sabido que el miedo es parte de la valentía, ésta solo es una determinación a actuar en contra de los resultados naturales de la emoción del miedo.
¿Quién siente mayor intensidad de miedo: la persona miedosa o la valiente? La respuesta es que las dos sienten exactamente la misma emoción, que puede manifestarse en maneras diferentes, lo que resalta entre las dos es lo que sucede luego de haber sentido la emoción. El valiente se mueve, se pone en acción y enfrenta el miedo, muy a pesar de lo que siente. Mientras que la persona miedosa retrocede, se estanca (paralizado), huye o contra ataca.

La invitación es activar nuestra valentía innata junto a las tres virtudes mencionadas, y con seguridad, Dios dispondrá de todo su amor para que logremos lo que deseamos.

¿Cuál voz estás escuchando hoy?

Martes 25 de Junio de 2013 17:27
Escrito por Juan Ricardo Diaz

¿Cuál voz estás escuchando hoy?
En el medio de nuestro cerebro hay una estructura llamada el sistema límbico, o cerebro emocional. Resulta ser que esa estructura está compuesta por los elementos más primitivos con que consta el ser humano. Esa puede ser la razón por la cual esa parte del cerebro funciona instintivamente, o de manera animal, no racional. Esa parte lo único que quiere es saciarse de sus placeres y evita a toda costa todo aquello que la aleje del placer, es decir, que le produzca dolor. Es lo que en lenguaje freudiano se llama el Id, o en análisis transaccional el estado de conciencia del niño, pues se comporta como tal.
En la parte más externa de ese mismo cerebro se encuentra la capa llamada corteza cerebral, la cual contiene los elementos más modernos y sofisticados de la estructura humana. Es lo que en verdad nos separa del mundo animal. Es en donde radica la llamada razón o conciencia. En la parte más cercana a la cara o pre frontal, radica el juicio y discernimiento, el cual nos ayuda en el proceso de toma de decisiones y diferenciar entre el bien y el mal. Es la parte conocida como el superego freudiano. En la unión del lóbulo frontal y el parietal, cercano al llamado cordón central o sensorio motor, se encuentra la parte de raciocinio lógico, comprensión de lo abstracto, partes fundamental también en el proceso de toma de decisiones.
Resumiendo esta parte, se pudiese decir que el inconsciente radica estructuralmente entre el sistema límbico y el cerebelo, “arropado” por los lóbulos temporales, mientras que el consciente está distribuido en las diferentes zonas de la corteza cerebral. La voz de la conciencia espiritual pudiese estar localizada en esa misma corteza, en el hemisferio derecho, específicamente en la zona fronto-parietal; mientras que la voz con las reglas y valores que nos delimitan nuestra conducta están en el hemisferio izquierdo, en la zona prefrontal.
Ahora bien, se tiene entendido que cada una de esas partes del cerebro tiene su propia “voz”. Tal como se plantea en la técnica del Rational Recovery para la resolución definitiva de adicciones, se puede leer la forma como estas voces juegan un papel fundamental en el desmarañamiento de los verdaderos orígenes de las conductas compulsivas/adictivas.
La voz de la estructura interna primitiva/animal se puede reconocer porque suele hablarnos en segunda persona, por ejemplo, ¿a quién quieres engañar? ¡Tú bien sabes que no vas a hacer eso!
¿Acaso no te has escuchado hablarte de esta manera en alguna ocasión? Sobre todo en esos momentos en donde estás tratando de cambiar algún hábito o conducta negativa. Si no te has escuchado hablarte de esta manera, te recomiendo que comiences a prestar atención. ¡Te prometo que te sorprenderás!
Mientras que la voz del prefrontal suele reconocerse por su firmeza, y hasta rudeza en imponer la norma, el deber ser. Algo así como: “Sabes bien que no puedes hacer eso, eso nos perjudicaría”. Curiosamente puede hablarnos en tercera persona como si de una santísima trinidad se tratara. Muchas veces nos puede proteger de cometer actos perjudiciales, pero si le damos rienda suelta también nos puede enjuiciar de tal manera que nos enloquece con un sinfín de reglas y deberes.
Ahora, la VOZ, nuestra verdadera naturaleza que nos guía por el camino de la superación y desea dar lo mejor de sí, esa voz nos habla dulce y tiernamente, en primera persona, Por ejemplo: “Hoy voy a hacer eso y ya mañana será otro día, un día a la vez”. Es la voz que llamo el sabio interno, la conciencia cristiana dentro de nosotros. En el mundo de la psicología puede ser contraproducente la recomendación del dominio del deseo de la carne, escudándose en las posibles consecuencias de reprimir los deseos básicos e instintivos del ser humano. Pero solo aquellas personas evolucionadas espiritualmente concuerdan que es necesario matar la carne (deseos básicos) para que el espíritu evolucione. No me puedo imaginar a personas como la madre teresa o Mahatma Gandhi cediendo constantemente a los deseos de la carne. Ellos tuvieron que sacrificar lo terrenal para poder alcanzar altos niveles de espiritualidad, en donde se busca el bien común y el amor.
Como cristiano, no puedo dejar de mencionar a Cristo, para quien no existe psicología alguna pues es Dios mismo, pero que a sabiendas de ese mismo cerebro/mente que creó, nos dejó bien en claro y por escrito la ruta que hay que tomar para poder desarrollar el espíritu. Si lees las escrituras, en los evangelios y en las cartas, se encuentran todas las directrices necesarias para domar las otras dos voces y hablar con la verdadera voz, con el Verbo.
               No sé si están de acuerdo conmigo, pero me parece que gran parte de la vida se trata de ese proceso de toma de decisiones, y es en base a esas decisiones tomadas como nuestro destino se va armando a sí mismo. Pidiendo en oración a Dios que nos ilumine y nos guie en este arduo proceso de toma de decisiones, que sea siempre la verdadera voz la que hable por nosotros y por nuestros seres queridos, para dejar un verdadero legado a las próximas generaciones, quienes están a la tarea de reconstruir el mundo en que vivimos.
La invitación es a poner a nuestra corteza a trabajar horas extras, de ser necesario, y que aprendamos a dominar y controlar a ese cerebro primitivo que quiere hacer lo que le venga en gana y destruir nuestra existencia y hasta nuestra salvación. Creo que se trata más bien de domarlo y domesticarlo, con la ayuda de Dios, y hacer que nos obedezca, y poder someternos voluntariamente a la voz de la verdadera conciencia, la verdadera voz.
Te vuelvo a preguntar: ¿Cuál voz estás escuchando hoy?