Martes 25 de Junio de 2013 17:27
Escrito por Juan Ricardo Diaz
¿Cuál voz estás escuchando hoy?
En el medio de nuestro cerebro hay
una estructura llamada el sistema límbico, o cerebro emocional. Resulta
ser que esa estructura está compuesta por los elementos más primitivos
con que consta el ser humano. Esa puede ser la razón por la cual esa
parte del cerebro funciona instintivamente, o de manera animal, no
racional. Esa parte lo único que quiere es saciarse de sus placeres y
evita a toda costa todo aquello que la aleje del placer, es decir, que
le produzca dolor. Es lo que en lenguaje freudiano se llama el Id, o en
análisis transaccional el estado de conciencia del niño, pues se
comporta como tal.
En la parte más externa de ese
mismo cerebro se encuentra la capa llamada corteza cerebral, la cual
contiene los elementos más modernos y sofisticados de la estructura
humana. Es lo que en verdad nos separa del mundo animal. Es en donde
radica la llamada razón o conciencia. En la parte más cercana a la cara o
pre frontal, radica el juicio y discernimiento, el cual nos ayuda en el
proceso de toma de decisiones y diferenciar entre el bien y el mal. Es
la parte conocida como el superego freudiano. En la unión del lóbulo
frontal y el parietal, cercano al llamado cordón central o sensorio
motor, se encuentra la parte de raciocinio lógico, comprensión de lo
abstracto, partes fundamental también en el proceso de toma de
decisiones.
Resumiendo esta parte, se pudiese
decir que el inconsciente radica estructuralmente entre el sistema
límbico y el cerebelo, “arropado” por los lóbulos temporales, mientras
que el consciente está distribuido en las diferentes zonas de la corteza
cerebral. La voz de la conciencia espiritual pudiese estar localizada
en esa misma corteza, en el hemisferio derecho, específicamente en la
zona fronto-parietal; mientras que la voz con las reglas y valores que
nos delimitan nuestra conducta están en el hemisferio izquierdo, en la
zona prefrontal.
Ahora bien, se tiene entendido que
cada una de esas partes del cerebro tiene su propia “voz”. Tal como se
plantea en la técnica del Rational Recovery para la resolución
definitiva de adicciones, se puede leer la forma como estas voces juegan
un papel fundamental en el desmarañamiento de los verdaderos orígenes de las conductas compulsivas/adictivas.
La voz de la estructura interna
primitiva/animal se puede reconocer porque suele hablarnos en segunda
persona, por ejemplo, ¿a quién quieres engañar? ¡Tú bien sabes que no
vas a hacer eso!
¿Acaso no te has escuchado hablarte
de esta manera en alguna ocasión? Sobre todo en esos momentos en donde
estás tratando de cambiar algún hábito o conducta negativa. Si no te has
escuchado hablarte de esta manera, te recomiendo que comiences a
prestar atención. ¡Te prometo que te sorprenderás!
Mientras que la voz del prefrontal
suele reconocerse por su firmeza, y hasta rudeza en imponer la norma, el
deber ser. Algo así como: “Sabes bien que no puedes hacer eso, eso nos
perjudicaría”. Curiosamente puede hablarnos en tercera persona como si
de una santísima trinidad se tratara. Muchas veces nos puede proteger de
cometer actos perjudiciales, pero si le damos rienda suelta también nos
puede enjuiciar de tal manera que nos enloquece con un sinfín de reglas
y deberes.
Ahora, la VOZ, nuestra verdadera
naturaleza que nos guía por el camino de la superación y desea dar lo
mejor de sí, esa voz nos habla dulce y tiernamente, en primera persona,
Por ejemplo: “Hoy voy a hacer eso y ya mañana será otro día, un día a la
vez”. Es la voz que llamo el sabio interno, la conciencia
cristiana dentro de nosotros. En el mundo de la psicología puede ser
contraproducente la recomendación del dominio del deseo de la carne,
escudándose en las posibles consecuencias de reprimir los deseos básicos
e instintivos del ser humano. Pero solo aquellas personas evolucionadas
espiritualmente concuerdan que es necesario matar la carne (deseos
básicos) para que el espíritu evolucione. No me puedo imaginar a
personas como la madre teresa o Mahatma Gandhi cediendo constantemente a
los deseos de la carne. Ellos tuvieron que sacrificar lo terrenal para
poder alcanzar altos niveles de espiritualidad, en donde se busca el
bien común y el amor.
Como cristiano, no puedo dejar de
mencionar a Cristo, para quien no existe psicología alguna pues es Dios
mismo, pero que a sabiendas de ese mismo cerebro/mente que creó, nos
dejó bien en claro y por escrito la ruta que hay que tomar para poder
desarrollar el espíritu. Si lees las escrituras, en los evangelios y en
las cartas, se encuentran todas las directrices necesarias para domar
las otras dos voces y hablar con la verdadera voz, con el Verbo.
No sé si están de acuerdo conmigo,
pero me parece que gran parte de la vida se trata de ese proceso de toma
de decisiones, y es en base a esas decisiones tomadas como nuestro
destino se va armando a sí mismo. Pidiendo en oración a Dios que nos
ilumine y nos guie en este arduo proceso de toma de decisiones, que sea
siempre la verdadera voz la que hable por nosotros y por nuestros seres
queridos, para dejar un verdadero legado a las próximas generaciones,
quienes están a la tarea de reconstruir el mundo en que vivimos.
La invitación es a poner a nuestra
corteza a trabajar horas extras, de ser necesario, y que aprendamos a
dominar y controlar a ese cerebro primitivo que quiere hacer lo que le
venga en gana y destruir nuestra existencia y hasta nuestra salvación.
Creo que se trata más bien de domarlo y domesticarlo, con la ayuda de
Dios, y hacer que nos obedezca, y poder someternos voluntariamente a la
voz de la verdadera conciencia, la verdadera voz.
Te vuelvo a preguntar: ¿Cuál voz estás escuchando hoy?
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