miércoles, 16 de diciembre de 2020

Tengo miedo


Esta es una de las frases más usadas por el ser humano durante toda su existencia. Bueno, solo si es capaz de reconocerlo y de decirlo. No tan paradójicamente, la frase No tengas miedo es una de las frases que más se repite en la biblia.

Como bien se dice que el miedo crece en la oscuridad, es decir, que cuando no vemos en dónde estamos o para dónde vamos (también llamada incertidumbre) el miedo se despierta en nosotros y no nos permite funcionar acorde, ni siquiera nos deja dormir bien.

Es por resta razón que es nuestro deber aprender a reconocer cuándo sentimos miedo, y una vez detectado, erradicarlo, con el uso de la fe, la oración y demás artimañas creadas por el hombre. Si le damos rienda suelta al miedo, y sobre todo no logramos reconocer qué es lo que nos tiene mal, ese mismo miedo nos puede destruir la vida.

Usar paliativos ineficaces a mediano y largo plazo, tal como medicamentos, drogas recreacionales o alcohol no ayuda a disminuir el miedo, verdadero autor de la ansiedad y la angustia. De hecho, tiende a intensificarlo y empeorar las cosas.

Si ahora se le suma la enorme incertidumbre creada por la aparición de esta pandemia y la guerra mediática de las noticias, queriendo obsesionarte con sus números, estadísticas y noticias fatalistas, te podrás imaginar hasta dónde puede llegar a crecer el miedo.

En situación convencionales solemos angustiarnos hasta por banalidades, pero hoy día hay mucho de por qué preocuparse. La cosa va en serio.

Dios sabe perfectamente que vamos a sentir miedo porque es parte intrínseca de nuestras emociones, y el miedo esta ahí para salvarnos la vida. Si se leen los diferentes pasajes en donde Dios invita a no tener miedo no tienen nada que ver con no sentirlo. Es no darle permiso a que se quede atascado en nuestro circuito emocional. La mejor medicina es el desarrollo y confianza en nuestro creador. Cuando se lo entregamos en sus manos, y nos decimos fehacientemente: “Dios está en control, todo esto, incluyéndome, estamos en sus manos” es la mejor forma y la más efectiva de salir de esa oscuridad del miedo.

Siento una profunda tristeza por las personas llenas de soberbia que se niegan a reconocer la existencia de Dios todopoderoso, porque no se cómo van a hacer en los tiempos venideros. Yo me sostengo con la fe en sus promesas y entendiendo cada día mejor cuando nos dice: “la paz que sobrepasa todo entendimiento humano, esa paz guardara sus mentes y corazones en Cristo Jesús”.

Que hermosas palabras, que gran consuelo encuentro en nuestro Salvador. Los invito a leer sus promesas, a encontrar respuestas a estos momentos de incertidumbre y oscuridad. Por eso Cristo es la luz del mundo, cuando los demás permanecen tinieblas, búscalo y te alumbrará, a ti y a toda tu familia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario