miércoles, 6 de octubre de 2021

Los de Cristal

Recuerdo recién llegado a este país estaba de moda todo lo relacionado con los niños índigo. Básicamente esa corriente describía unas supuestas características de los niños nacidos en cierto periodo de tiempo, creo que era en los ochenta y noventa, quienes iban a mostrar unas cualidades especificas, pero la verdad es que la mayoría de esas características coincidían con el manual de diagnóstico clínico para describir a personas con déficit de la atención e hiperactividad, conocida acá como el ADHD, por sus siglas en inglés. 

Luego de pasarse esa tendencia comenzó a surgir la próxima, la llamada generación de niños de cristal. Esta movió sus características de los síntomas de déficit en la atención hacia algo mas parecido al síndrome del autismo.

Reflexionando hacia esa tendencia, creo que las personas que acuñaron ese término no sabían lo cerca que iban a estar de la mejor descripción de las nuevas generaciones.

Estoy en total acuerdo que la nueva generación se debe llamar de cristal, pero no por sus parecidos o coincidencias con los síntomas del autismo, más bien por la fragilidad de sus egos, su autoestima y tolerancia a los inconvenientes en la vida.

No quiero ni pensar como esas personas van a afrontar las diferentes vicisitudes de la realidad que les aguarda en muy poco tiempo. Creo que van a colapsar y toda una generación corre el riesgo de desvanecerse en el olvido de la historia.

Me refiero a ese tipo de persona que se la pasan diciendo cosas como: No me veas feo, no me llames así, no me hagas bullying, no me acoses, no me digas cual sexo soy, etc, etc, etc. 

Todas esas personas “culipandiosas” van a chocar con la pared de concreto que es la vida misma, la cual no tiene desperdicio y no anda con sandeces de supuestos códigos de lo políticamente correcto. A las cosas y las personas hay que llamarlas por su nombre, sin importar a quien le duela. Si esas personas se sienten ofendidas, mas ofendidos podemos estar nosotros, la generación del ayer, que fuimos formados no en tiempo de pandemias reinventadas, sino en la calle, con abusos, bullying y groserías. Aquí estamos, mas fuertes que nunca, luchando por un mundo mejor, en donde los principios de la verdadera moral y las buenas costumbres hay que defenderlas a capa y espada, pero no por nosotros mismos, sino mas bien por esas personas que quieren, sin saberlo, desestabilizar la armonía del sistema ecológico social.

Nuestra historia, experiencia y vivencias soportan lo aqui comentado, hay que actuar acorde.

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