martes, 18 de febrero de 2020

Eres un alquimista y no lo sabes


Desde el primer siglo de los tiempos se conoce esta palabra de alquimia como la capacidad de purificar, madurar y perfeccionar ciertos materiales. La mas famosa era la transmutación de materiales base como el plomo y convertirlo en un metal más noble como el oro.

La sabiduría antigua egipcia, luego con la romana, entre otras, dejaron descrito en diversas maneras el verdadero arte de la alquimia. Toma algo que pienses que pueda ser de un valor regular, nada estrafalario, y lo puedes convertir en algo muy valioso. En esta oportunidad no hablo de metales, hablo de situaciones, personas y cosas.

Cuando un maestro enseña a un alumno transforma su conciencia creando algo nuevo en la percepción del alumno, eso es alquimia. Cuando usas tus dones y talentos naturales para mejorar algo que ya existe de otra forma, eso también es alquimia. Cuando desarrollas una idea inspirada y mueves todos los tentáculos necesarios para hacerlo una realidad, eso es alquimia pura.

Vivimos en constante procesos alquímicos, nos rodea todos los días, y no le prestamos atención.  La próxima vez que veas un campo en proceso de siembra o de cosecha, o bien un edificio o casa en construcción, eso es alquimia en acción.

Depende de como lo percibas, el proceso de la alquimia es mágico, pero no deja de ser real. Hay alquimias casi instantáneas, como cuando tienes un momento “Aja” o una realización de algo y cambias tu perspectiva en seguida. Pero la gran mayoría de esos procesos de alquimia toman tiempo. Un bebé tarda nueve meses en gestar. Las siembras y las cosechas también tardan. Solo hay que comenzar el proceso y luego saber esperar.

El campeón de NASCAR de las 500 millas de Daytona 2020, Denny Hamlin, escribió a sus siete años que iba a ser el campeón de esa misma competencia un 17 de Febrero, treinta y dos años después lo consiguió en esa misma fecha. ¿Casualidad? Yo lo llamo alquimia. Hay procesos largos, medianos y cortos, solo hay que saber reconocerlos. Vivimos en un mundo de alquimia constante.

Contrario a lo que mucha gente puede llegar a pensar acerca de la alquimia, su fin es loable. No se escapa de la avaricia de muchos que la utilicen para sus propios términos y ganancias, pero la esencia de la alquimia es el mejoramiento y el perfeccionamiento del mundo y la raza humana.

Cada proceso de alquimia está diseñado para mejorar su versión anterior. El producto siempre debe ser un resultado exponencialmente favorable a su predecesor. No se inventa la rueda, solo se consigue nuevos medios y formas de presentar lo ya existente. Parafraseando al rey Salomón: “No hay nada nuevo bajo el sol”.

La verdadera alquimia sucede cuando conoces tu verdadera naturaleza como un ser humano con defectos y deficiencias, hambriento de necesidades mundanas y pasas por el proceso de transformación y purificación a través del conocimiento de Dios y su Palabra. No es lo que consigas o logres en la vida lo que realmente tiene valor, es la persona en que te conviertas. Es mi más puro deseo que seas una persona de bien, con un corazón contrito y humilde que agrade a Dios y su santa voluntad.

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