miércoles, 8 de septiembre de 2021

Calle ciega

 

En frente de mi casa hay lo que aquí llaman acá un cul-de-sac, en criollo, una calle ciega. En la esquina de su entrada hay una señal de tránsito que dice: No Outlet, es decir, que no hay salida.

Me parece que en muchas ocasiones cuando el ser humano es confrontado con situaciones en las que claramente no hay salida, lo natural es oponerse y crear resistencia. Otros dirían que nos revelamos a la realidad.

Analizando la calle, puedo observar que si la caminas si hay salida al fondo que da a otra calle, de hecho, si andas en bicicleta, patineta, patines si tienes salida. Si andas en auto es otra historia. Por más rabia que dé, el carro tiene que dar la vuelta y salir por donde entro. No importa lo que quieras, lo que te provoque, ni la situación ni las cosas de esa calle van a cambar. La realidad mera y cruda es que es una calle ciega, sin salida. Entender y aceptar la realidad es muy importante. Se puede vivir con menos decepciones.

Lo que se puede escapar fácilmente de esta situación es que cuando se da la vuelta, y sales por donde entraste, estás solucionando el dilema, y la verdad es que la calle siempre ha tenido una salida, esa misma por donde entraste. Solo te avisa que, si entras en ella y quieres seguir adelante por allí, no vas a poder, eso es todo.

Mi recomendación para esta semana, en frente a todas las calles ciegas que te enfrentes de ahora en adelante, da la media vuelta, sal por donde entraste y busca calles alternas que te lleven a donde quieres llegar.

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