martes, 9 de febrero de 2016

Ser bueno no es bueno



Primero habría que definir ¿Qué es bueno? o ¿Quién es bueno y por qué? Como todo lo que nos acompaña en esta vida es subjetivo y relativo. De hecho, la religión se mete de lleno en este plano. Lo que es bueno para uno no es necesariamente bueno para otro.

No solo hay que ser bueno, hay que ser bueno por la razón correcta.

De las diatribas existentes, una de las más clásicas es la de ser bueno. Para un lado del mundo ser bueno es ser bobo, ser justo es ser imbécil, tener honor, moral y principios es ser retrogrado o anticuado, o no estar al día con las modas, no ser “cool”. Mostrar compasión es ser débil. Ser educado es ser gay. La realidad es que uno no es nada de esto o aquello. Todas esas cosas son meras conductas, comportamientos, cosas que hacemos, no somos.

Ahora bien, la forma o manera como nos conducimos por la vida, inevitablemente, nos va a traer serias consecuencias, a veces buenas, otras malas, depende de lo que hagamos.

Para otro lado del mundo, ser bueno es hasta un negocio, pues siendo bueno puedes manejar, manipular y controlar personas con la supuesta bondad. Si uno se comporta de manera justa, equitativa, con principios solo para dar una buena impresión, y que los demás hablen bien de ti, entonces no eres bueno, eres un imbécil que no conoces el valor que tienes. La falta de valor y amor propio hacen que se busquen ese tipo de reconocimientos externos, cuando en realidad lo único que nos puede importar es la opinión que tiene nuestro Creador sobre nosotros y la de nosotros mismos.

Todos los aspectos de la vida de un ser humano, si vienen como los frutos de un corazón lleno de amor y agradecimiento, sobre todo, si viene de un corazón creyente que reconoce que no hay otra forma de ser que no sea ser bueno, entonces ser bueno es bueno. De lo contrario, se bueno puede ser muy malo.

La verdadera bondad solo viene de Dios, de su profundo e infinito amor, el cual puede verse reflejado en nuestras obras diarias, si solo si, le damos permiso a que conquiste nuestro corazón y dejamos que actúe en nosotros. Y como casi todo lo demás en la vida, por hacer uno que otro acto de bondad en la vida, no nos convierte en seres buenos ni bondadosos. Para que realmente puedas pensar y sentir que estás siendo bueno, tienes que vivirlo todos los días, es un estilo de vida, una forma de vivir. Y solo va ser así cuando emerja de la realidad de tu corazón en justa concordancia con tu fe. La verdadera bondad es uno de los frutos de la fe.

Frases para reflexionar:

“Más quiero ser malo con esperanza de ser bueno, que bueno con el propósito de ser malo” Miguel de Cervantes.

“Si los malos supieran el buen negocio que es ser bueno, serian buenos, aunque sea por negocio” Facundo Cabral

“Quien de verdad quiera ser bueno, lo será”. Séneca

“Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno. Sólo podrás conocer la fuerza de un viento tratando de caminar contra él, no dejándote llevar.” C.S. Lewis

Juan Ricardo Díaz

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