lunes, 8 de febrero de 2016

Se me pasó el tiempo



Los sueños de niños quedaron enterrados dentro del baúl de los recuerdos.
La esperanza juvenil se fundió en la pasión del adolescente.
La fuerza del adulto quedo teñida con frustraciones y decepciones.
Entonces dime ¡Oh cielo en las alturas!



¿Qué ha de ser de mí y de mi propósito?
¿En dónde están todas  todas esas cosas que permitiste que soñara?
Y ya a mi edad se borran cual marcas en la arena de la playa de la vida,
Que con el vaivén de las olas las va borrando una tras otra.

Me falta el aire para respirar las bocanadas de medio siglo.
Me faltan las ganas para seguir caminando en el atolladero con precipicios a ambos lados de la realidad.
No entiendo cómo después de acudir a todas las encrucijadas posibles, todavía queden sin abrir la gran mayoría de las puertas misteriosas.
Me revuelco en el lodo del pasado, de lo que pudo haber sido y no fue.
El fango de todos los errores cometidos me ahoga y me ciega.

Quiero seguir creyendo que al final habrá luz.
Quiero seguir creyendo que llegaré a ese sitio de beneplácito y éxtasis eterno, en donde se secaran mis lágrimas y se aquietará mi llanto.
Entonces oleré el perfume de las rosas, cantaré junto a la brisa vespertina del amanecer, acariciaré el viento por las tardes y reiré hasta el cansancio y quedarme dormido otra vez.

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