jueves, 23 de enero de 2020

Vocación


Dice el dicho: ”cada oveja con su pareja”, yo digo: “ cada persona con su vocación”. Aunque no rime como la primera, puede ser acertada la aseveración.

Creo que me comporto como un investigador de campo. Me gusta observar y anotar. La gran mayoría de las herramientas y deducciones que utilizo en mi clínica privada de psicología viene de esas observaciones, aunadas por supuesto a los estudios formales. Una de las tantas observaciones que he mantenido por décadas es la estrecha relación que guarda la elección de una persona de su carrera profesional y la historia de su vida.

Con historia de vida me refiero al conjunto de experiencias acumuladas por dicha persona a lo largo de los años, que sean importante o de envergadura. Me pongo como ejemplo: soy psicólogo de profesión no por casualidad. Es verdad que apenas salí de la escuela secundaria pretendí estudiar derecho, la cual dejé a mitad de carrera porque no me gustó. Luego estudie una licenciatura en ciencias gerenciales que me acercó al recurso humano de las corporaciones. A su vez eso me llevó al estudio formal de la psicología humana. 

Luego de tanto deambular, caí en cuenta que mi verdadera vocación siempre fue la psicología. Esto se debe a la serie de traumas que acumulé en la infancia y la adolescencia que me inclinaron a buscar las razones de mis conductas. Cuando entré en la universidad para obtener mi grado de maestría en piscología escribí que la razón que me movió para enfilarme por ese camino es que desde los doce años ya leía las obras completas de Freud, la cuales ya se encontraban en la biblioteca de la casa de mis padres debido a que mi madre es psiquiatra. Sin saberlo, ya estaba yo predestinado al estudio de la psicología.

De igual manera, la gran mayoría de todos nosotros tenemos una vocación. No elegimos la profesión por pura coincidencia. Es algo que nos mueve internamente. Podemos cometer errores de elección cuando comenzamos, pero ten la plena certeza que la vida y tu inconsciente siempre te llevarán a desarrollar tu verdadera vocación – solo si prestas atención y sigues las señales -. 

Así como un cardiólogo está marcado por sus propios problemas de “corazón”, también un actor está marcado a fingir quien no es, bien sea por lo doloroso que le resulta ser quien es, o por no saber encontrarse. Se puede decir que un sacerdote o un pastor buscan su redención, así como un arquitecto busca la armonía y el equilibrio en su vida. No importa que tan sencilla o compleja sea tu labor, dice a voces lo que estás tratando de arreglar en este plano de existencia.

La reflexión de esta oportunidad es q puedes prestarle especial atención a la carrera profesional real, la que sentimos como nuestra. Esa que cuando la ejecutamos nos sentimos como pez en el agua. Esfuerzo mínimo sumado a máximos resultados. Ayuda el comprender por qué la elegimos. Crea una sensación de motivación y hasta de propósito de vida. Y hasta quizás te ayude a componer eso que estás buscando.

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