Dice el
dicho: ”cada oveja con su pareja”, yo digo: “ cada persona con su vocación”.
Aunque no rime como la primera, puede ser acertada la aseveración.
Creo que me
comporto como un investigador de campo. Me gusta observar y anotar. La gran mayoría
de las herramientas y deducciones que utilizo en mi clínica privada de psicología
viene de esas observaciones, aunadas por supuesto a los estudios formales. Una
de las tantas observaciones que he mantenido por décadas es la estrecha relación
que guarda la elección de una persona de su carrera profesional y la historia de
su vida.
Con
historia de vida me refiero al conjunto de experiencias acumuladas por dicha persona
a lo largo de los años, que sean importante o de envergadura. Me pongo como
ejemplo: soy psicólogo de profesión no por casualidad. Es verdad que apenas salí
de la escuela secundaria pretendí estudiar derecho, la cual dejé a mitad de carrera
porque no me gustó. Luego estudie una licenciatura en ciencias gerenciales que
me acercó al recurso humano de las corporaciones. A su vez eso me llevó al
estudio formal de la psicología humana.
Luego de tanto deambular, caí en cuenta
que mi verdadera vocación siempre fue la psicología. Esto se debe a la serie de
traumas que acumulé en la infancia y la adolescencia que me inclinaron a buscar
las razones de mis conductas. Cuando entré en la universidad para obtener mi
grado de maestría en piscología escribí que la razón que me movió para
enfilarme por ese camino es que desde los doce años ya leía las obras completas
de Freud, la cuales ya se encontraban en la biblioteca de la casa de mis padres
debido a que mi madre es psiquiatra. Sin saberlo, ya estaba yo predestinado al
estudio de la psicología.
De igual
manera, la gran mayoría de todos nosotros tenemos una vocación. No elegimos la profesión
por pura coincidencia. Es algo que nos mueve internamente. Podemos cometer
errores de elección cuando comenzamos, pero ten la plena certeza que la vida y
tu inconsciente siempre te llevarán a desarrollar tu verdadera vocación – solo si
prestas atención y sigues las señales -.
Así como un cardiólogo está marcado
por sus propios problemas de “corazón”, también un actor está marcado a fingir
quien no es, bien sea por lo doloroso que le resulta ser quien es, o por no
saber encontrarse. Se puede decir que un sacerdote o un pastor buscan su redención,
así como un arquitecto busca la armonía y el equilibrio en su vida. No importa
que tan sencilla o compleja sea tu labor, dice a voces lo que estás tratando de
arreglar en este plano de existencia.
La reflexión
de esta oportunidad es q puedes prestarle especial atención a la carrera
profesional real, la que sentimos como nuestra. Esa que cuando la ejecutamos
nos sentimos como pez en el agua. Esfuerzo mínimo sumado a máximos resultados. Ayuda
el comprender por qué la elegimos. Crea una sensación de motivación y hasta de propósito
de vida. Y hasta quizás te ayude a componer eso que estás buscando.
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