jueves, 5 de marzo de 2020

Ser Padre

Durante los años de infancia y adolescencia recuerdo no tener una relación sana con mi papá. La mayoría del tiempo estaba molesto con él, sin saberlo, por su ausencia, por sus excesos. 
Luego, a medida que iba creciendo y lo comencé a percibir más como un hombre que como un papá comencé a entenderlo un tanto.

Después de muchos años, psicólogos y estudios de psicología he entendido y aceptado que ese fue el papá que me tocó y de él aprendí muchas cosas, las buenas y las malas.

Hoy día lo veo con amor y respeto. Lo admiro en muchos sentidos, y definitivamente lo he perdonado de lo que hizo o lo que dejó de hacer. Fue mi decisión consciente y voluntaria de adulto que me permitió prestarle más atención a sus aspectos positivos que a los negativos. Por supuesto que tiene muchas fallas, como todos nosotros, pero al igual tiene muchas cosas bellas y buenas.

Me gusta partir del principio que la gran mayoría de nosotros está haciendo lo mejor que puede con los recursos limitados con los que contamos. Si no lo hacemos mejor es porque no sabemos cómo hacerlo, y eso, está bien. Estamos en constante aprendizaje y crecimiento.

Es mi deseo y oración que un día no muy lejano mis hijos puedan decir algo parecido acerca de mi. 

Mientras tanto, sigo dando lo mejor de mi con mi amor limitado e imperfecto, como mi papá. Agradezco a la vida y el universo que nos brinda la presencia y compañía de nuestro Padre celestial, quien sí nos ama incondicionalmente con su amor perfecto, nos perdona todos nuestros errores y nos abraza en su gracia infinita. Gracias Padre, yo también te amo.

Te amo PapiJohn 

No hay comentarios:

Publicar un comentario