lunes, 30 de marzo de 2020

Lo que nos trajo y nos deja la pandemia

Lo que llamábamos mundo y vida dejaron de existir de la noche a la mañana. La pandemia trajo consigo el soplo de cambio. Ya le gente comenzó a despertar de esa automatización en donde nos tenían secuestrados sin saberlo. Despertar, trabajar, comer, dormir, repetir.

Pienso que tal como fracasó el modelo del comunismo, el capitalismo ha visto su más grande rival y enemigo en un virus invisible y minúsculo. Frente a toda la cuarentena, la pérdida de trabajos, la economía tambaleante, muchos se comenzaron a preguntar: ¿Todo esto para qué? Es una pregunta válida. Para que creo “necesitar” ropa de marca, autos de lujos, mansiones y yates. Todas las ostentosidades y vanidades quedaron al descubierto con esta experiencia.

A la hora de la chiquita, y mira que esta nos la puso aún más pequeña de lo que deseáramos, nos obliga a meditar y reflexionar a cerca de lo que realmente es importante en la vida, en el mundo.

Quedó en claro que necesitamos despertar a la luz de Dios, dejar brillar la luz del espíritu, mostrando amor y hermandad en los momentos difíciles. Que la vida no se trata de mi o de ti, se trata del nosotros, de la familia, la comunidad, el país, el planeta.

Se trata de aprender a cómo hacerle frente juntos a situaciones complejas que amenacen nuestra estabilidad, y sobre todo, nuestra salud.

La tecnología ha sido clave en estos tiempos, tanto para la propagación de la información como para responder con los recursos necesarios en tiempo record. Esta misma pandemia hace cincuenta años hubiese acabado con mas del diez por ciento de la población mundial en cuestión de meses y nadie se hubiese enterado bien de lo que estaba sucediendo. Ahora, gracias a la tecnología estamos conectados a tiempo real, para ayudarnos y apoyarnos, buscar soluciones juntos, darnos la mano “virtualmente”, hasta que todo esto pase.

Esta cuarentena por la pandemia nos ha traído muchas cosas consigo. Es elemental reconocer los efectos negativos. Es por esta razón que invito a que me acompañen y me ayuden a pensar sobre todas las cosas buenas que nos ha traído y nos traerá. A mi se me ocurren varias:

·      Un alto a la rutina y a lo cotidiano
·      Descanso al medio ambiente, a nuestro planeta
·      Momento para pensar y reflexionar
·      Vuelta a la espiritualidad básica
·      Unión como especie: la raza humana (menos racismo)
·      Aumento de la creatividad
·      Uso positivo de nuevas tecnologías
·      Regreso a vulnerabilidad humana
·      Minimización de conflictos armados
·      Reforzamiento de la humildad
·      Reducción de otros tipos de muerte (ej: accidentes de tráfico)

También me parece propicio reflexionar acerca de cómo prepararnos para futuras situaciones similares como planeta, por ejemplo, otra pandemia, apagón eléctrico generalizado, desconexión total de la Internet, y situaciones similares.

Por eso te invito a que pienses y medites a lo largo de toda esta situación. ¿Que has aprendido, que has descubierto de ti, de la vida de las prioridades? ¿Cómo puedes ayudar a tu familia, a tus vecinos, a tu comunidad? Acércate a Dios y doblégate bajo su amparo. 

Dios te bendiga, te cuide y te proteja bajo su manto sagrado, tal como está escrito en una de sus tantas promesas, en el salmo noventa y uno. Volveremos a dialogar al otro lado de este episodio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario