viernes, 3 de abril de 2020

Lo que se nos avecina

Es prácticamente inevitable hablar de la pandemia en estos días. Aunque nos tratemos de desconectar, las noticias corren por todos lados. Da la impresión de que la mayoría está pendiente solo de las posibles soluciones y están olvidando el mientras tanto.

No sabemos a ciencia cierta cuánto va a durar toda esta situación, pero de seguro unas cuantas semanas más, quizás meses y no quiero imaginar más allá.

Siguiendo la línea de pensamiento del desarrollo de las crisis, creo que ya estamos pasando como comunidad de la etapa de negación, representada por el desacato rebelde a las normas establecidas hasta el desarrollo del humor como mecanismo de adaptación, a la etapa de la rabia. Esta etapa en muchos hogares puede ser peligrosa. Los problemas maritales que estaban arrumados debajo de la alfombra van a salir a la superficie. Las frustraciones con los hijos pueden acrecentarse.

Tengo especial preocupación por todos aquellos hogares en donde los niños sean objetos de abusos. Todos aquellos padres que sean abusadores físicos, emocionales y hasta sexuales se pueden acrecentar y hacer mucho mas daño que de lo regular. Sus presas están confinadas en pequeños y muy limitados espacios, haciéndolos de muy fácil acceso para sus abusadores.

Como psicólogo, estudioso en la conducta humana, pronostico responsablemente que mucha gente va a colapsar emocionalmente. Aún más lo que ya padezcan de condiciones mentales y/o emocionales. Unos caerán en depresiones profundas, rayando en los extremos que busquen alternativas nefastas. Otros desarrollaran miedos (léase ansiedades) extremos, que se pueden convertir en obsesiones, compulsiones y habrá ataques de pánico.

Muchos se preguntarán de dónde saco todo este panorama de negatividad sobre lo que se nos avecina. Es de pura lógica. Suma un encierro no esperado y nunca practicado junto a tu familia, a la pérdida de trabajo, de ingresos económicos para tu manutención y la de tus seres queridos, la posibilidad y en oportunidades la realidad de perder a seres queridos por la pandemia y tendrás la fuente de este planteamiento.

Si esta situación no se maneja de manera efectiva, es muy predecible que pase de pandemia a pandemónium.

Les pido y les sugiero a todos que por favor ataquen los problemas antes de que se desarrollen. Este es el momento para buscar ayuda profesional. Guiados por profesionales de la salud mental, funcionará a manera de válvula de escape para liberar las tensiones y frustraciones que trae consigo situaciones como las antes mencionadas.

Aprovecho la oportunidad para recomendarles el uso del entrenamiento cerebral a distancia, el cual puede ayudar en gran medida al control y estabilización del sistema nerviosos desde el hogar, sin necesidad de salir a un consultorio. He estado haciendo este tipo de entrenamiento desde el 2002 y me consta su efectividad y pronta solución a problemas complejos, desde problemas del sueño, pasando por ansiedad, depresión y hasta dolores de cabeza y migrañas. Sin dejar de mencionar que ayuda en demasía a personas con problemas de atención concentración y hasta personas dentro del espectro autista.

También es el momento para rescatar o desarrollar la vida espiritual. En mi experiencia atendiendo miles de casos a lo largo de dos décadas he podido comprobar de primera mano que todas aquellas personas que tienen a Dios en su mente y en su corazón, mejoran mucho más rápido y efectivamente a cualquier tipo de tratamiento psicológico.

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