jueves, 9 de abril de 2020

Al día siguiente (para Venezuela)

Este es el nombre de artículo de prensa que saldrá el día después que caiga por completo la narcodictadura en Venezuela.

Al día siguiente, después de más de veintidós países en coalición (uno por cada año de tiranía y dictadura) comandada por los Estados unidos de América, se logra divisar ya no tan lejos el repunte de una nueva patria, de una nueva república, de los nuevos Estados Unidos de Venezuela.

En los próximos años está la tarea de depurar toda la política nacional, hacer desaparecer cualquier vestigio de comunismo. Borrar de las paredes y de las mentes de todos los venezolanos las figuras fatídicas de Chávez, Maduro, Cabello y demás rufianes psicópatas.

A la puerta ya está el advenimiento de un nuevo sistema judicial, armado desde la base, de un lienzo en blanco, en donde se disponga e incluya la pena de muerte para las personas que osen tomar de las arcas del estado. Ni el comunismo ni la corrupción serán aceptadas en el nuevo estado.

Esta nueva tierra será manejada y dirigida por las nuevas generaciones consientes, con verdadera hambre y sed de justicia. A esos que no pudieron tener ni la niñez ni la juventud que merecían por culpa de la dictadura chavista se las robó.

Pero todas estas cosas pasan a segundo plano frente a la destrucción de todos los sistemas mas básicos del país. Comenzando por la salud, pasando por la familia y los valores y dando una vuelta por el mundo empresarial, turístico y agropecuario. Hay que reconstruir todo, pero la salud y los valores tienen prioridad.

La meta debe ser que cuando la hija del presidente (E) Guaidó salga de bachillerato, ya debe salir a un mercado laboral floreciente, con alternativas de trabajo honrado y con miras a desarrollos de nuevas tecnologías y propiedades hecho en Venezuela. En donde el derecho a l palabra y libre expresión de ideas se sustente por encima de cualquier otro poder.

Tal como lo decía, en plano espiritual, nuestro Señor Jesucristo en el evangelio de Marcos 2:22: “Nadie echa vino nuevo en recipientes viejos. De hacerlos así, el vino hará reventar los recipientes y se arruinarán tanto el vino como los recipientes. Más bien, el vino nuevo se echa en recipientes nuevos”. De la misma manera, esta nueva construcción de un país modelo tiene que estar en manos de una nueva generación, libre de las mañas y rituales de las generaciones predecesoras.

En el plano de los valores, el primero a rescatar es en la fe al verdadero Dios. No mas brujerías baratas ni santerías ni babalaos estúpidos. Solo Dios. Apoyando esta nueva nación en el primer mandamiento, para que sea el mismo Dios quien guie los pasos.

El segundo valor para rescatar es el amor y respeto a la institución de la familia como célula fundamental de la sociedad.

Valores como respeto, honestidad, sinceridad, la palabra y hacer el bien deben ser grabadas en las mentes y corazones de todas las nuevas generaciones.

Lo que ya está roto no se puede reparar y mucho menos tratar de pegar. Hay que construir cosas nuevas y diferentes, efectivas, que dejen en claro lo que mueve y motiva a una nación a prosperar y salir adelante.

Todas las personas que salieron huyendo por la hambruna, falta de salud y condiciones mínima de subsistencia tienen que volver a pasar a formar filas de este nuevo país.

Los talentos y cerebros que fueron a buscar nuevos horizontes en diferentes pares del plantea pueden seguir apoyando a la distancia, aportando su granito de arena, y de algunos de esos casos, habrá quien vuelva.

Oremos todos unidos para que esta mega reconstrucción comience ya, que comience al dia siguiente.

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