jueves, 23 de abril de 2020

Vivir alquilado



Sin querer entrar en diatribas de temas que no domino, como el de las inversiones, solo comento que hace años leí uno de los libros de Robert Kiyosaki, reconocido inversionista y conferencista en esos temas, en donde explica que es mejor vivir alquilado, y la casa que compres alquilarla. En ese libro se explican las razones.

Fue de allí que saqué mi excusa perfecta para siempre vivir alquilado. Desde que llegué a este país, hace más de veinte años, he vivido en casas alquiladas. Es muy cómodo. Hoy escuchando una entrevista al maestro Facundo Cabral le oí decir una frase que me recordó mi solución de alquilar mis hogares. Dijo algo como que aquí estamos solo de paso, estamos prestados, como alquilados a la vida.

Comparto ese pensamiento con él. Al vivir alquilado, como cuando vas a un hotel, no quieres ni permites crear lazos afectivos con el lugar. Sabes que pronto lo vas a evacuar, y no hay nada allí que te ate. Así es la vida, con la diferencia que hay muchas cosas, que si le damos permiso, nos van a atar y se crean lazos afectivos profundos con otros seres. Eso no está bien ni mal. Es solo una realidad.

Hago mi mejor esfuerzo de recordarme constantemente que estamos de paso. Que este alquiler que nos concedió nuestro creador tiene fecha de vencimiento. Es mejor dejarse fluir, no retener ni resistir. Pienso que es bueno disfrutar lo que se tiene en el momento. Dejar de añorar las cosas del pasado ni estar pendientes de las cosas de un futuro incierto. Es vivir un día a la vez, es vivir aquí y ahora, no mañana, no ayer.

Si estamos muy pendientes de las cosas que dejamos, que perdimos, o de las posibles amenazas de ese futuro incierto, perdemos lo verdaderamente valioso. Nuestra vida en el momento presente. Esta conciencia del vivir anclado en el presente se desarrolla un paso a la vez. Con diez a veinte minutos de meditación diaria. Con oración diaria y continua. Con reflexión y contemplación.

Si vives en el vagón del tren rápido de la vida, en donde ves pasando todo a tu lado a gran velocidad: despertar, bañarse, desayunar, ir a trabajar, volver a casa, hablar, discutir, ver televisión, y luego dormir nuevamente, sin parar, no estás viviendo. Estás hipnotizado por ese tren en movimiento, y se te olvida que estamos alquilados.

Por esta razón te invito a que la próxima vez que te encuentres como autómata repitiendo las labores diarias, y lo vas a saber fácilmente porque las emociones negativas como la ansiedad o la depresión van a estar presente y agudas en tu vida, detente, piensa, y recuerda; Estoy alquilado.

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