Existen planteamientos
en donde se propone que experiencias previas pueden predecir conductas futuras.
Si eso fuese cierto yo no tuviese trabajo hoy día. El punto es que podemos
cambiar.
Las cosas
que hacemos vienen más dadas por el conjunto de cosas que pensamos, basados en
el grupo de ideas o creencias que manejamos. Pero todo eso son solo conceptos etéreos,
ideas bien o mal formadas en nuestro intelecto, con lo que te trato de decir
que todo eso es susceptible a cambio.
En líneas generales,
podemos cambiar lo que hacemos cambiando la forma en que pensamos y lo que
creemos, pero lo que somos, en esencia, eso jamás puede ser alterado ni
cambiado. La verdad es (si es que existe una verdad para este tema) es que no
necesitamos cambiar nuestra esencia porque la misma es de procedencia celestial.
Hemos sido hechos a la imagen y semejanza de nuestro Creador.
Somos hijos de Creador
y eso nos da una posición única en el universo. Eso no tiene por qué cambiar.
Ahora, el
conjunto de conductas y comportamientos que tenemos a diario, muchos de los
cuales nos meten e los problemas en que estamos, esos si se pueden cambiar. Habrá
un grupo de ellos que se te harán fácil de cambiar, otros más complicados y un pequeño
grupo, prácticamente imposible. Y esto no quiere decir que no puedas, sino que estás
tan habituado a esas prácticas que casi pasan a formar parte de tu “ser”. Así
que la teoría se une a la práctica, haciendo lo teórico un poco impreciso. Pero
como no es la idea filosofar tanto en este tema, sino más bien esclarecer las
pautas que nos hacen cometer actos perjudiciales para el buen vivir, vamos a
enfocarnos en las posibles soluciones.
Dicho en 9 pasos,
quedaría algo así como:
1.-
Recuerda que Dios está a cargo y en control de todo. No se mueve ni un solo
cabello de su cabeza sin su consentimiento. La fe en que Dios dispone de todo
para nuestro beneficio es el primer paso para comenzar a solucionar cualquier
problema en nuestra vida.
2.- Haz una
pregunta concreta tratando de terminar con exactitud cuál es el verdadero
problema. Generalmente, la solución es inherente al problema. La respuesta
suele estar en la pregunta.
3.-
Pregunta: ¿Es primera vez que ocurre eso? Si la respuesta es negativa, puedes
estar frente a un hábito, y como tal, radica en tu mente inconsciente. Puedes
aprender más sobre tu mente inconsciente para entender cómo funciona y cómo
aprender a manejarla.
Localiza la(s)
emoción(es) que se activa(n) cuando eso sucede.
4.- Precisa
cuáles son los posibles “gatillos” que disparan ese hábito o serie de conductas
y reacciones emocionales. Para establecer un nuevo hábito que sustituya al anterior,
el cual estaba ocasionando el problema, repite el pensamiento y la acción
nuevas, una y otra vez, hasta que deje huellas en tu mente inconsciente y se
convierta en automático, tal como en algún momento lo hiciste cuando aprendiste
a caminar, a manejar, o montar bicicleta.
5.- Toma
responsabilidad sobre el asunto. Todo lo que ocurre en tu vida es consecuencia
de tus actos, palabras u omisiones. Hay veces que puede ser de manera
consciente, otras inconscientes, como en piloto automático. Otras veces lo haces
de una manera directa o indirecta, provocando las situaciones que vives. Si
aceptas la responsabilidad sobre el asunto verás cómo comienzas a generar ideas
para resolverlo y tomar acción. En base a la(s) emoción(es) activada(s),
descifra los posibles pensamientos relacionados. Por ejemplo, si es tristeza,
quizás sean pensamientos relacionados con pérdidas, si perdiste algo o alguien.
Si es miedo, posibles amenazas o que tu vida corre peligro de alguna manera. Si
es rabia, posibles injusticias. Reconoce la posibilidad de esa realidad, como
dándole permiso a sentir un rato esa(s) emoción(es) y validarla. Después
dejarla ir con la ayuda de respiraciones rítmicas y profundas.
6.- Elabora
un mapa mental de posibles soluciones. Por más descabelladas que parezca, anota
todas las ideas que se te vienen a la mente. Puedes solicitar apoyo de tu
pareja o familiar cercano para esta fase. Luego pasa a ordenarlas en orden de
posibilidades, siendo la más viable la primera opción.
7.-
Establece una imagen mental de lo que deseas ver hecho realidad. Mientras más
real y fiel a tu realidad sea, más fácil y rápido se formará en tu vida.
Utiliza todos tus sentidos para este proceso. La mente consciente funciona a
manera de una cámara fotográfica, mientras que la mente subconsciente viene a
ser la placa en donde queda grabada la imagen de la fotografía tomada por la
cámara de la mente consciente.
8.-
Recuerda la existencia del libre albedrío. Tanto puedes escoger establecer un
buen hábito como uno malo. Es cuestión de decidir.
9.- Toma
acción de las tres primeras alternativas que seleccionaste del paso 6.
Espero que
lo hayas disfrutado y sea de tu utilidad!
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