He conocido
mucha gente que anda cargando cruces ajenas sobre sus hombros. Esa carga pesada
que no te permite avanzar y te hace sentir mal de diferentes maneras. Puedes
pensar que no tienes nada que perdonar o a quien, pero te garantizo, que a lo
largo de tu vida han sucedido eventos o personas las cuales piensas que te han
hecho daño de alguna manera. Y es a esas personas que te conviene perdonar para
poder sanar internamente y poder vivir una vida más placentera y armoniosa.
Pienso que
muchos de nosotros podemos estar cargando cruces encima sin saberlo, lo cual
nos priva de la felicidad, gozo y paz que todos podemos sentir y merecemos.
Recuerdo las sabias palabras del póstumo Nelson Mandela, quien le respondió a
un periodista al salir de la cárcel después de estar treinta años encarcelado
injustamente que si guardaba rencor por las personas que injustamente lo
encarcelaron, a lo que respondió: "Claro que no, porque eso sería como
tomarme un veneno y esperar que mi enemigo muera".
Ahora, hay
muchas veces en que las personas no saben a ciencia cierta qué es el perdón,
cómo funciona y cómo se hace. Se dicen a sí mismos: "Tengo que
perdonarlo(a)", pero la verdad es que no tienen la más mínima idea de cómo
se hace. Es por ello que les comparto una reflexión al respecto.
He
aprendido a lo largo de los años atendiendo personas que el perdón se hace
desde un ámbito emocional. Ayuda entender que el perdón es una emoción. Cuando
sientes rencor o resentimiento hacia alguien, realmente estás sintiendo rabia
hacia esa persona. Es natural que cuando sientes rabia desarrollas deseos
negativos hacia esa persona.
El problema
del rencor o el resentimiento es que mantienes esa actitud y emoción por tiempo
muy prolongado dentro tu cuerpo, creando una atmosfera interna completamente negativa
para ti mismo(a) y para tu organismo, el cual responde en forma adversa a ese
constante "veneno". Básicamente, la falta de perdón enferma tu mente
y tu cuerpo, no es chiste.
Para poder
perdonar tienes que tomar la decisión de dejar ir ese deseo negativo hacia la
persona piensas que te hirió o te hizo daño. Decide así: "A partir de hoy,
y desde este mismo momento, decido dejar ir el deseo negativo hacia______, lo
perdono y lo libero de toda culpa o dolor. Deseo que sea feliz y que Dios le ayude
en su vida". Pídele a Dios que te de fortaleza y amor para suavizar y
facilitar este proceso. Sin amor en el corazón, es complicado perdonar.
No tiene
por qué caerte bien esa persona, olvidar lo que sucedió o pensar que está bien
lo que hizo o dijo, simplemente es dejar ir esa rabia acumulada y querer
sentirte mejor. Al fin y al cabo, como casi toda reflexión interna, acabas por
entender que la persona que realmente tenemos que aprender a perdonar es a
nosotros mismos, pues de alguna manera podemos haber pensado que lo que sucedió
fue nuestra culpa por haberlo permitido o provocado. Realmente no importa si
fue así o no, somos seres humanos, nos podemos equivocar y seguir adelante
aprendiendo las lecciones de la vida.
Así que te
invito a tomar la decisión hoy mismo de perdonar a todas esa personas que no
has perdonado aun, y sobre todo a ti mismo(a). ¡Te auguro el mayor de los
éxitos y felicidad!
Juan
Ricardo Díaz
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