lunes, 12 de octubre de 2015

Ponte vaselina para que no te duela

   En muchas ocasiones podemos encontrarnos en situaciones en donde somos el blanco de palabras hirientes y ofensivas, y tristemente, en ocasiones pueden provenir de los seres que más nos importan y queremos.

   En los 12 años que llevo atendiendo personas a nivel privado, he repetido como lorito parlanchín la necesidad que todos tenemos de aprender a filtrar ese tipo de palabras o insultos de las demás personas. Muchas de esas personas atendidas me preguntaban que cómo es posible poder bloquear ese tipo de ofensas, especialmente cuando provienen de personas involucradas a nivel sentimental.

Cito la famosa frase de Eleonor Roosevelt: "Nadie puede hacerte daño sin tu consentimiento".
   Suelo explicarlo de la siguiente manera: Es conveniente aprender a colocarse una vaselina auditiva y espiritual para que todo eso te resbale y no te duela. Si enfocamos nuestra atención en nuestro pecho, allí en donde reside nuestro corazón, ese mismo sitio en donde radicamos por tradición nuestras emociones más fuertes y sentimientos, es justo allí en donde todo sucede. Imagina por un momento que una persona extraña llega a tratar de ofenderte con una frase hiriente, digamos: "Eres un(a) tonto(a)", te pregunto, ¿esa frase, proveniente de esa persona, tiene algún poder para herirte o te duele? Si tu autoestima está más o menos bien plantada, eso no debe hacerte daño alguno. Ahora, ¿qué sucede si esa misma frase te la dice alguien que ya está dentro de tu corazón?
Lo más probable es que te duela, porque esa persona te importa y sus comentarios e ideas acerca de ti, también te importan.

   Pero para que pase al nivel de herida emocional es necesario que bien adentro de ti, dentro de ese corazón que siente, estés manejando esas mismas ideas que te están diciendo con la finalidad de herirte u ofenderte. Es decir, que en lo más profundo de tu ser estás convencido(a) de que lo que te están diciendo es verdad. Imagina como un pequeño recuadro, a manera de "Check mark" en donde lo marcas cada vez que esa persona te dice algo, y coincides de que eso es así. Crees que es cierto.

   La forma más efectiva para detener este proceso, que es lo que llamo aprender a untarse la vaselina auditiva y emocional, es detener esas frases en nuestras mentes y cuestionarlas. ¿Es verdad lo que me están diciendo? Si me duele o me molesta es porque así lo creo. De manera tal que podemos comenzar a trabajarlo mediante la confrontación a la idea. En la mayoría de los casos caerás en cuenta que lo que te dicen no es cierto, puede ofenderte porque puedes estar manejando ideas vagas a nivel subconsciente acerca de ti mismo(a), de quién realmente eres y cuánto vales. Te invito a que te des cuenta quien eres realmente y cuan valioso(a) eres. ¡Dios no se equivoca!

   En caso de que la crítica o el juicio coincida con la realidad, es decir, que sea cierto lo que te están diciendo, en lugar de herirte y sentirte mal o culpable al respecto, toma las riendas de la situación y decide cambiar para bien. Si es algo en lo que puedas mejorar, busca información, ayuda profesional, y haz un plan específico de acción, de cómo y para cuándo vas a cambiarlo. Si no puedes cambiarlo, simplemente acepta que ese hecho es parte intrínseca de ti y acéptalo tal cual es.
Si no has leído el libro los cuatro acuerdo de Don Miguel Ruiz, o lo leíste hace mucho, es hora que vuelvas a leerlo, sobre todo el cuarto acuerdo, el cual resume sobre no tomárselo personal porque no es con nosotros la cosa.

   Para todas aquellas personas que leyeron el nombre de esta entrada y pensaron en algo diferente a lo aquí expuesto, los invito a que me visiten para tener una seria conversación acerca de sus deseos reprimidos :D (Un poco de humor refresca toda historia) ¡Feliz semana para todos!

Juan Ricardo Díaz

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