Estuve
leyendo en estos días un libro excelente para escritores que me recomendó una
persona, a la cual le estoy muy agradecido por tal recomendación, y por todas
las demás sugerencias que me brindó, entre las cuales está el escribir a diario
en este blog.
Una de
las cosas que más me llamó la atención del libro en cuestión fue que la autora,
aparte de ser una muy prolifera escritora, es colega de profesión, es decir,
usa y aplica la psicología a diario. Una de las cosas que mencionó en su libro
es que los autores de libros juegan este partido de la mente con la formación
de pensamientos, pero que lo juegan si se quiere de manera particular,
diferente a los demás, pues según dice, los escritores tenemos el don de poder
pensar diferente y meternos en mentes diferentes que la nuestra.
En
parte estoy de acuerdo con su propuesta, pero algunos cables se me cruzan en el
corazón con tal aseveración. Yo creo que los escritores no nos diferenciamos de
ninguna de las carreras artísticas
existentes. Tanto el pintor contempla su lienzo en blanco, como el escultor su
piedra aun sin tallar, así el escritor contempla la página en blanco para ser repleta
con la lluvia de pensamientos e ideas que pare en el momento de la creatividad.
Ahora me pregunto: ¿De dónde sale esa creatividad, esa musa del artista que
pinta, que esculpe, que escribe?
No sé
de dónde sale ni por que sale, lo que si te puedo garantizar es que fluye como
un rio desbocado que no encuentra una salida única y quiere verter sus aguas en
todas las direcciones. Es un orgasmo de ideas deliberantes que nutren la
imaginación del lector, con la potencialidad de preñar y concebir nuevas ideas,
dando a luz cosas diferentes, que son lo mismo. Solo el artista que pinta, el
escultor que esculpe o el escritor que escribe puede entender a lo que me
refiero, pero eso sería una gran mentira.
Todas
las carreras son artísticas desde cierto ámbito, el ingeniero crea fórmulas
geniales para la solución de problemas intricados, el médico resuelve casos
biológicos que salvan vidas, el abogado evita la condena al reo. Cada quien
hace y crea desde su ámbito, y siempre, creamos o no, nos guste o no, lo
aceptemos o no, estamos brindando nuestro servicio y nuestro arte al bien
común, a la sociedad de la cual formamos parte. Es un reto y una bendición,
simultáneamente.
Estés
donde estés en estos momentos, date cuenta de quién eres y lo que haces por la
humanidad, si no te estás moviendo en este sentido, estas paralizado y la
humanidad espera por ti, hace que enciende el motor de tu genialidad, la mecha
encendida de tu pasión y mueve montañas con tus ideas y actos, camina ese
recorrido que fuiste llamado a caminar, hazlo con ganas, con ánimo, con
entusiasmo, como si la vida misma dependiera de ello, porque la final,
realmente depende. ¡Inspírate!
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