Un punto de
vista muchas veces olvidado de la infidelidad en la pareja
Es
importante entender la naturaleza de las infidelidades por sexo.
Es mucho
más común que el hombre sea infiel por conseguir sexo con otra persona
diferente a su pareja, mientras que la mujer, generalmente, debe crear primero
un lazo emocional con la persona que va a cometer la infidelidad.
Aunque las
estadísticas relacionadas con los
efectos de la infidelidad en la pareja muestran ciertas tendencias tales como
que el 57% los hombres han cometido actos de infidelidad, un nada estimable 54%
de las mujeres responde afirmativa a la misma pregunta, por lo que la idea
preconcebida culturalmente de que es el hombre el más propenso a la infidelidad
ha cambiado, o por lo menos, se ha sincerado.
Lo más
triste de toda esta información estadística es que tan solo un 31% de las
parejas resiste pasar el torbellino que implica descubrir la infidelidad de la
pareja.
Puede ser
beneficioso para la pareja conocer los motivos más comunes del por qué un
miembro de la pareja determina ser infiel. Las razones más obvias se sacan de
las ya mencionadas, en el caso de los hombres para tener sexo con una persona
diferente a su pareja, y en el caso de las mujeres, por crear lazos afectivos
con otra persona.
Pero si se
detalla cada caso se puede concluir que una posibilidad es que se haya
descuidado, mutuamente, estos dos importantes aspectos en la relación, tal como
lo son el sexo y los sentimientos. Dicho coloquialmente, si en casa encuentras
lo que necesitas, no se sale a buscarlo en la calle. Por lo tanto, en este
sentido, es responsabilidad de ambos de asegurarse, diariamente, que estos
aspectos estén cubiertos y atendidos según los requerimientos y acuerdos
preestablecidos en la relación.
Salvo en
contadas excepciones, se pueden encontrar casos de infidelidad por hechos
patológicos, como lo podría ser la necesidad desmesurada de alguno de los
miembros de la pareja por tener sexo extramarital, o por un impulsivo deseo de
establecer relaciones amorosas con otras personas por descompensaciones
crónicas en la autoestima.
Si una
relación marcha establemente, observando detalladamente cada una de sus áreas,
es poco probable que se presente el fenómeno de la infidelidad, razón por la
cual se le invita a trabajar sobre cada una de las áreas para minimizar estas
posibilidades.
En sesiones
de Entrenamiento Vital para Parejas se ha observado que algunas parejas, las
cuales han decidido vivir juntas pero sin casarse, demandan los mismos derechos
que los casados, cuestión un tanto absurda debido a que esa misma pareja ha
evitado, evadido crear un compromiso formal en la relación, por lo que
automáticamente pierde el derecho a réplica en circunstancias de infidelidad.
Como se
comenta en el capítulo de Matrimonio 2.0 de mi libro "Amaneciendo en
Pareja", el acto de casarse va más allá de un simple acto de obediencia
social y/o cultural. Se le está enviando un mensaje claro y conciso al
inconsciente de que esa relación es importante, que se está creando un
compromiso formal y hasta legal frente a testigos de lo que cada quien está
comprometiéndose.
Desde esta
perspectiva, entonces, es difícil concebir una relación libre de obligaciones
en presencia de un documento que así lo señala, y derechos que pueden demandar
el cumplimiento de dichas obligaciones, mientras que en relaciones maduras,
entre adultos, que voluntariamente decidan convivir sin el compromiso del
matrimonio entonces deben acarrear sus consecuencias de la falta de compromiso
formal.
¿Cuáles son
los límites de la infidelidad? ¿Dónde comienza la infidelidad?
La
infidelidad va desde el pensamiento, deseo de estar con otra persona diferente
de la pareja, hasta el acto de unión carnal con esa otra persona fuera de la
relación de pareja. Inclusive, para aquellas relaciones donde se dan
"permiso" a voluntad de cometer estos actos de infidelidad como los
llamados "swingers" no deja de ser una falta de compromiso y de
respeto para consigo mismo, su pareja y con Dios.
Juan
Ricardo Díaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario