Quiero
salir desnudo a caminar por la calle un día, me quiero sentir bien haciéndolo y
no quiero ofender a nadie con lo que hago. Al igual que el loco de Kahlil
Gibran salió un día a la calle sin sus sietes máscaras, yo quiero salir a la
calle sin ropa y todo lo que ello representa. Quiero sentir que soy uno con la
naturaleza, que no necesito ponerme nada encima porque los animales tampoco se
visten, y los demás animales no se horrorizan ni se avergüenzan de la desnudez.
Quiero sentir
bien en mi piel, en mi carne, estar orgulloso de lo que soy y de cómo luzco, y
no poner parámetros que me midan con respecto a nada ni a nadie. Porque al
igual que las huellas digitales se asemejan mucho unas a las otras, la verdad
es que ninguna es exactamente iguala a la otra, y por la tanto no puede ni debe
ser comparada porque caeríamos en una injusticia de tratar de comparar dos
cosas que no son iguales. Cada quien es como es, y eso está bien, Dios nos creó
a todos por igual. Diferentes en estilos y apariencias, pero igual en esencia y
en poder.
Quiero
que salgas desnudo(a) a caminar por la calle un día, quiero que te sientas
libre, sin tapujos ni represiones, y quiero que te sientas muy bien al hacerlo.
Es dejar a un lado el que dirán, el que opinan los demás, el que pasará sí.
Desprenderse de todos los frenos que nos ponemos para no ser libres en
realidad.
Quiero
que te sientas muy bien en tu piel, en tu carne, que estés orgulloso(a) de tu apariencia
y de tu ser. Sin poner ningún tipo de parámetros de comparación pues no es
justo compararte con nadie, pues nadie es como tú. Eres un ser único y original,
y aunque eres digno de copiar o clonar, la verdad es que ni ha habido ni habrá
nadie como tú. Con todos tus atributos, dones, talentos y cosas maravillosas,
se acompañan de los defectos, debilidades y fealdades. Convienen en armonía, si
es que lo dejas convivir, y que convivan está bien, no tiene por qué ser diferente
y mucho menos como tú quieres que sea. Hay que dejarlo ser, aceptar la
realidad, porque la realidad como es, es hermosa. Somos nosotros los que tenemos
que aprender a percibirla, entenderla y aceptarla como es, no al revés.
La
desnudez que hablo, es la desnudez de la mente y del alma. Vive, ríe, llora sin
medida, como quien no quiere y no lo puede evitar, como quien lo añora y lo
hace con todo lo que tiene. Quiero que vivas con intensidad, con pasión, con
amor, con todo. Porque así mi amigo(a), así estoy viviendo desde hace un tiempo
y no encuentro otra forma de vivir. Quien no vive desnudo no está viviendo realmente.
Su vida es un cortejo de ridiculeces, de miedos mal infundados, de inseguridades
innecesarias. Te haces esclavo(a) de lo que te rodea, y te privas de la máxima
libertad que viene del espíritu. Somos, existimos, mientras nuestros pulmones
continúen inhalando oxígeno, nuestro corazón palpite y nuestro cerebro suelte
las chispas necesarias es nuestra obligación de darlo todo lo que somos, en
todo lugar, en todo momento, con todo el mundo. Así que ya te llegó la hora
vivir, y vivir al desnudo.
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