En repetidas ocasiones podemos encontrar
pensamientos o frases profundamente aleccionadoras, motivantes o de simple
reflexión en los muros de Facebook, en Twitter o Instagram, pero en otras
ocasiones se pueden encontrar cosas que simplemente te pueden dejar sin
palabras, como por ejemplo: "Si siempre escuchas a caperucita, el lobo
siempre va a ser malo".
Paradójicamente,
esa frase me inspiró a escribir. En el caso del cuento de caperucita, el lobo
es el malo, esa es su función, su naturaleza. En ningún momento nadie espera a
un lobo arrepentido que se convierta en una dócil oveja.
Ahora, si
al cuento de caperucita le agregamos la figura de una oveja, y es la oveja la
que se come a la abuelita y a caperucita, a mi si me parece que hay un
problema, porque esa oveja no se está comportando como lo que es, estaría yendo
en contra de su esencia. Creo que con la oveja se espera y se le exige que se
comporte como tal, porque si no rompe el equilibrio natural de las cosas.
Por esa
misma razón, no creo que sea prudente que le estemos pidiendo al lobo que se
comporte como una oveja.
La moraleja
que se esconde detrás del cuento de la caperucita va más allá de la comprensión
natural. Como todos los cuentos, funciona a manera metafórica en el
inconsciente para dejar un mensaje directo y claro.
Si
aplicamos parte de la moraleja a la vida, me parece que los padres de
caperucita se comportaron de manera negligente, porque a sabiendas que en los
bosques hay lobos, la enviaron sola. Para una próxima oportunidad o la acompañan
a casa de la abuela o simplemente no le dan permiso para ir sola.
Como
leíste, este vez me dio por filosofar acerca de algo trivial, pero espero
cumpla la función de despertar la reflexión en ti. Me encantaría si tomas unos
minutos de tu tiempo y me escribes acerca de tu reflexión, y en la próxima
entrega escribo acerca de eso.
Juan
Ricardo Díaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario