sábado, 24 de octubre de 2015

Caperucita Roja



  
 En repetidas ocasiones podemos encontrar pensamientos o frases profundamente aleccionadoras, motivantes o de simple reflexión en los muros de Facebook, en Twitter o Instagram, pero en otras ocasiones se pueden encontrar cosas que simplemente te pueden dejar sin palabras, como por ejemplo: "Si siempre escuchas a caperucita, el lobo siempre va a ser malo".

Paradójicamente, esa frase me inspiró a escribir. En el caso del cuento de caperucita, el lobo es el malo, esa es su función, su naturaleza. En ningún momento nadie espera a un lobo arrepentido que se convierta en una dócil oveja. 

Ahora, si al cuento de caperucita le agregamos la figura de una oveja, y es la oveja la que se come a la abuelita y a caperucita, a mi si me parece que hay un problema, porque esa oveja no se está comportando como lo que es, estaría yendo en contra de su esencia. Creo que con la oveja se espera y se le exige que se comporte como tal, porque si no rompe el equilibrio natural de las cosas.

Por esa misma razón, no creo que sea prudente que le estemos pidiendo al lobo que se comporte como una oveja.

La moraleja que se esconde detrás del cuento de la caperucita va más allá de la comprensión natural. Como todos los cuentos, funciona a manera metafórica en el inconsciente para dejar un mensaje directo y claro.

Si aplicamos parte de la moraleja a la vida, me parece que los padres de caperucita se comportaron de manera negligente, porque a sabiendas que en los bosques hay lobos, la enviaron sola. Para una próxima oportunidad o la acompañan a casa de la abuela o simplemente no le dan permiso para ir sola.

Como leíste, este vez me dio por filosofar acerca de algo trivial, pero espero cumpla la función de despertar la reflexión en ti. Me encantaría si tomas unos minutos de tu tiempo y me escribes acerca de tu reflexión, y en la próxima entrega escribo acerca de eso.

Juan Ricardo Díaz

No hay comentarios:

Publicar un comentario