En
diferentes partes del planeta existen hechos vinculados al terrorismo por
diferentes grupos organizados que se dan a la tarea de tratar de sembrar el
miedo dentro de la comunidad que tienen como objetivo.
Países como
Israel, España, y Colombia han sufrido de este flagelo por las últimas décadas,
y ahora se han sumado México, Venezuela y hasta los Estados Unidos, y mas reciente Francia.
Hasta no
hace mucho se podía caer en la tentación de pensar que países tan avanzados
tecnológicamente como los Estados Unidos eran muy poco susceptibles a este tipo
de ataques, pero después de 11 de septiembre del 2001 quedó en evidencia lo
falso de esta creencia. Con los más recientes acontecimientos en la ciudad de
Boston nos queda, por un lado, la expectativa de cuándo vendrá el próximo
ataque y por dónde. Por otro lado, nos puede quedar también el aprendizaje de
este tipo de situaciones. Escuchando al embajador de Israel acá en los Estados
Unidos y al presidente Barack Obama, se abre a la esperanza que el mundo y sus
habitantes logremos conformar un bloque de unidad y solidaridad en donde
podamos dejar sin vigencia la mal intencionada obra de estos grupos
extremistas.
Ambos
coincidieron que el terrorismos solo es posible si el público que está siendo
objeto de los ataques cede a sus instintos básicos de descontrolar sus
emociones en miedo, pánico y pavor. Es natural y humano que todos nos asustemos
con este tipo de eventos, pero es la reacción a posteriori lo que realmente
cuenta para medir la efectividad de esos ataques. Si quizás 48 o 72 horas
después de un atentado, el público en general retoma sus actividades diarias es
una demostración inequívoca de que el plan de los terroristas fracasó, pues el
pueblo reaccionó con valentía, enviando un mensaje claro, directo y conciso de
que nada ni nadie nos va a amedrentar.
Pienso que
solo hay que temer a ese que tiene poder de lanzar tu alma al infierno o
enviarla a los cielos, el resto de la gente no puede hacernos absolutamente
nada, pues no temamos al que puede matar la carne, honremos y veremos al que
nos da y nos quita la vida, tal como dice la palabra.
Te invito a
unirnos en constante oración para conseguir esa paz que sobre pasa todo
entendimiento humano en nuestras mentes y corazones, para que juntos podamos
vencer los temores, inseguridades y miedos que tratan de implantar en nuestras
sociedades esos desestabilizadores.
Si esta
columna fuese un video, quizás terminaría mostrando un Harlem shake con la
canción de los terroristas, pero dado a lo escrito, lo demás lo dejo a libre
imaginación. (El humor, uno de los mejores remedios para vencer el temor)
Juan
Ricardo Díaz
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