Ideas en formato Electronico que valen la pena reflexionar. Mi mision en la vida es ayudar a la comunidad a mejorar sus relaciones, especialmente la de pareja y las de padres. El crecimiento personal y espiritual es un trabajo continuo, juntos podemos lograrlo.
miércoles, 16 de diciembre de 2020
Tengo miedo
viernes, 11 de diciembre de 2020
¿Por qué creo que Venezuela seguirá en dictadura por un buen tiempo?
jueves, 15 de octubre de 2020
No AI
sábado, 5 de septiembre de 2020
El mercurio del amor
Imagina que existe un termómetro de mercurio invertido entre tu corazón y tu cerebro. Dentro contiene el mercurio que mide la “temperatura” que existe entre ambos. A medida que el mercurio se acerca al corazón la temperatura sube y se pone más “caliente”. Lo inverso aplica.
Esta metáfora
explica un fenómeno psicológico y emocional que vivimos a diario desde que
nacemos. Estoy convencido que desde el mismo momento en que comenzamos a interactuar
con otros seres humanos, venimos desde el corazón, queriendo decir que somos más
proclives a amar y ser amados. Las experiencias traumáticas, traiciones y
decepciones van haciendo que ese termómetro comience a bajar la temperatura y
se vaya hacia el cerebro, la mente, a través de la intelectualización de los
eventos.
Como
creemos haber sido heridos, sea real o no, buscamos un mecanismo de defensa que
detenga el dolor y el daño causado llevando todo a la razón. Eso hace que nos
alejemos de los sentimientos, evitando sentir y es justa allí cuando el corazón
se comienza a enfriar y deja de sentir.
Calero
esta, toda esta estrategia es mera ilusión. La verdad es que, si seguimos sintiendo
y todo eso se va colando a través de nuestro ser, convirtiéndose o transformándose
en otras cosas. Podemos comenzar a somatizar enfermedades físicas, problemas
mentales y alejamiento espiritual, es decir, nos alejamos de la vida espiritual.
La idea de
todo esto es que podamos desarrollar la habilidad de reconocer nuestro termómetro
y aprender a medir esa temperatura. Lo ideal es que este más cerca del corazón
que del cerebro, aun a pesar de los riesgos (al dolor) que eso conlleve. Creo
que es preferible aprender a vivir con cierto dolor que a vivir sin amor en
nuestro corazón.
Estoy
convencido que las personas que se dedican a hacer el mal la mayoría del
tiempo, sin importarle a los demás es porque fueron heridos, no sanaron esas
heridas y eligieron enfriar sus corazones para no volver a sentir dolor y ahora
pagan y pagamos las consecuencias de esa decisión.
Si me
preguntas: “¿Cómo puedo mantener el mercurio en temperaturas más cálidas, cerca
de mi corazón?” Relativamente fácil. Primero, acércate a Dios y a su inmenso
amor y misericordia. Lee su Palabra diariamente y dale permiso a su amor a que
entre en tu corazón. La Palabra de Dios tiene la fuerza y el poder de cambiar
tu temperatura interna, de acercarte al amor, recuerda que Dios es amor, y en
donde esta Dios, no hay temor.
Después puedes
hacer ejercicios de perdón. Piensa en todas la persona y situaciones que creas
te hayan causado cualquier daño y dolor y ve liberándote de cada una de esas
experiencias a través del perdón. Perdonar es dejar ir el deseo de malestar
hacia esa persona que creemos nos hizo daño. Al perdonar, le damos permiso a
que no le vaya mal o le ocurra algo similar o peor a lo que nos hicieron, todo
lo contrario, le deseamos el bien. Podemos recordar lo ocurrido, pero sin
dolor, sin emoción. Al perdonar, que solo viene del corazón, del amor, de Dios,
estamos entrando a la zona cálida de la vida, a vivir en el amor de Dios.
miércoles, 2 de septiembre de 2020
Hay algo fabuloso del cerebro: todo.
Los que me conocen saben que soy un apasionado estudioso del cerebro. Me encantaría saber mucho más de lo que se, pero lo que hasta ahora he aprendido me ha mostrado que es una de las tareas más complejas que pueda existir: Entender su funcionamiento.
Entre todas las cosas que hace el cerebro, la que más me fascina es su ahorro de consumo.
El cerebro es un ahorrador de energía a todo dar. Debido a que consume más del treinta por ciento de la energía que producimos en el día, el cerebro siempre anda en búsqueda de cómo optimizar su funcionamiento y gastar menos energía, sobre todo en cosas triviales.
Esta estrategia, aunque parezca y sea fabulosa, trae consigo varias consecuencias negativas para el diario vivir. Por ejemplo, cuando aprende algo nuevo, tiende a repetirlo lo más parecido posible, para que en sus próximas ejecuciones se haga de manera fácil e inconsciente, gastando menos energía. Esto en un principio puede sonar positivo, y lo es, pero en su otra cara hace que el cerebro no busque otras maneras diferentes de hacer la misma función, solo solidificando y fortaleciendo los canales ya creados – sinapsis – y no se le hace necesario activar nuevas áreas o entretejer nuevas interconexiones.
Pongo un ejemplo: si aprendimos un camino de cómo llegar al trabajo manejando nuestro automóvil, y repetimos esa función unas cuantas veces, de seguro que vamos a poder llegar al trabajo sin pensar, en lo que conocemos como el piloto automático del cerebro o hacerlo inconscientemente. Eso está bien. Ahora, el cerebro también necesita ser retado para agilizar y mantener joven su funcionamiento, y esto se hace a través de ejercicios diarios, obligándolo a tomar rutas alternas, resolver acertijos y conseguir posibles soluciones.
No podemos dejar que el cerebro se conforme con buscar y ejercitar las formas más eficientes de funcionamiento. Lo tenemos que empujar a querer aprender todos los días cosas nuevas y diferentes. Como dicen acá en los Estados Unidos: “Use it or lose it” (Úsalo o piérdelo).
Por eso te invito a que todos los días busques y consigas diferentes formas de hacer lo que ya haces y despierte tu curiosidad a aprender cosas nuevas y distintas a las que ya haces.
lunes, 13 de julio de 2020
Lo que mi fe ha hecho por mi
Desde muy pequeño fui instruido en la fe en Dios. Si eres hispano como yo, existe más de un noventa por ciento que hayas crecido en un hogar católico. Yo fui a colegio católico y en todos los grados me daban religión para aprender cada día más acerca de lo que Dios ha hecho por nosotros.
Realmente no se si es la manera como la iglesia católica presenta esta información, que fue hasta después de mis treinta años que vine a entender lo que eso realmente significaba y sus repercusiones para mi, mi vida, mis relaciones, mi familia y hasta mis finanzas.
Recuerdo que durante más de treinta años fui instruido (quizás adoctrinado) de muchas cosas positivas y amorosas y otras castrantes y atemorizantes. No hasta hace mucho (una década) le tenia horror a la muerte por el simple susto de no saber para donde iba al morir. Mi vida sexual padeció estragos por las creencias limitantes y castrantes aprendidas. Muchas de mis relaciones se vieron altamente impactadas en negativo por la misma causa. Esas mismas creencias no me permitían florecer en el campo financiero. Pregunto: ¿Es justo responsabilizar a una religión de todos estos males? No lo creo. Pero si a las creencias que uno forma relacionadas a dichas creencias religiosas.
Desde hace más de una década me uní a una iglesia cristiana (protestante) del ala más conservadora -luterana del sínodo de WELS-, quienes guardan grandes parecidos a las estructuras, sobre todo litúrgicas, a la iglesia católica. Quizás por ese hecho me sentí atraído, era algo diferente, pero no tan diferente.
El mensaje que recibí de ellos y que aun día sigo recibiendo, está basado en los mismos principios católicos (léase universales) donde colocan a Dios en medio de todo. Se hace y se dice para que todo responda al primer mandamiento de la ley de Dios. Si centras toda tu atención, tus fuerzas y tu corazón en ese hecho todo lo demás vendrá solo hacia ti.
Este cambio de perspectiva de un Dios enojado, sediento de justicia, buscando a quien castigar y mandar para el infierno, por un Dios todo bondadoso y amoroso, justo en su proceder, sabiendo que todo pecado merece castigo, pero dispuesto a perdonar por adelantado si se cree en lo que El dice, hizo que mi vida diera un giro en positivo en casi todos los aspectos.
Primero, perdí el miedo a la muerte. Ahora cuando pienso en la muerte, solo me da tristeza dejar este plano de existencia porque voy a dejar (momentáneamente) a las personas que amo y las cosas que me gustan. También se que el cielo me espera con cosas mucho mejores que se escapan a mi limitada imaginación terrenal.
Segundo, aprendí a tener una relación amorosa con Dios, en donde me acostumbré a vivir en estado de gratitud hacia Dios, de du bondad, gracia y misericordia.
Tercero, mi vida sexual cambió para mejor. Quizás no se movió hacia donde hubiese deseado antes, pero ahora la vivo como lo que es, una demostración única y genuina de amor hacia la mujer que amo.
Cuarto, mis finanzas se volcaron hacia el terreno de la fertilidad. Todas esas culpas y creencias limitantes tan negativas me dejaron y fueron sustituidas por nuevas ideas de la abundancia divina de Dios en mi vida, muchas veces manifestada en la libertad de la abundancia financiera.
Antes veía y entendía que el poseer riquezas materiales me daba un puesto en la sociedad, en donde podía relucir entre muchos por mi capacidad de hacer dinero y hasta quizás me ayudara a comprar mi felicidad. Ahora ese sentido de ser alguien en la vida ya no viene de ahí. Yo soy valgo por saber de quien soy y de donde vengo, y sobre todo hacia donde voy. Yo soy (al igual que tú) un hijo de Dios, Padre Todopoderoso, Rey del universo. Fui hecho a su imagen y semejanza, la cual solo proviene y va hacia el amor. Y voy a reunirme con El tan pronto El me llame a casa, y ese día será el mejor de todos los días “vividos”.
También me ha enseñado a bajar la crítica y el juicio hacia mis semejantes. Ahora veo a todos por igual, como a mi, de carne y hueso, susceptibles de vivir en cualquier tipo de gracia o desgracia. Los miro con amor y compasión, y hago lo propio conmigo mismo.
Yo no soy cristiano para aparentar ser buena persona. Soy cristiano porque creo esa es la voluntad de quien me creó. Si hago cosas buenas y positivas no son para ganarme el cielo, pues eso ya lo hizo Jesucristo mediante su vida perfecta, muerte en la cruz y resurrección. Lo hago como mera demostración de cariño y agradecimiento por todo lo que ya PapaDios hizo por mi y los míos.
Entiendo que moriré siendo tan imperfecto como nací, pecador hasta el ultimo segundo de existencia, pero se y estoy convencido que tengo un Padre tierno que me ama tanto que hasta entregó a su propio Hijo por mis pecados y por ese sacrificio me perdona de toda maldad.
Esta verdad me libera, me hace realmente libre y me permite vivir esta vida a mis anchas, apreciando cada momento, cada circunstancia, cada persona.
Tu puedes hacer los mismo y obtener los mismos resultados. Te invito.
lunes, 8 de junio de 2020
Newton en las relaciones
Isaac Newton publicó en su obra “Philosphiae naturalis principia mathematica (1687)” sus famosas leyes del movimiento. Estas son:
1) Ley de la inercia
2) Ley de la dinámica
3) Ley de la acción y reacción
La primera ley, la de la inercia, plantea que un objeto solo varía su velocidad si hay una fuerza que externa que actúe sobre el. Se puede entender como la tendencia de ese objeto o cuerpo a seguir como está.
Este principio se ve reflejado en la actitud de muchas personas en las relaciones, bien sea de pareja, de padres a hijos, entre hermanos, amigos o en los negocios. Hay personas que se plantan en una posición tan rígida que ni un huracán las mueve de ahí. Solo falta que suceda una verdadera fuerza (interna o externa) que ejecute la ley y lo saque de su estado inmovilidad o de no querer cambiar algo que ha estado perjudicando en alguna manera la relación, por ende, la convivencia. Esto puede ser a través del desarrollo de una enfermedad terminal, la misma cercanía a la muerte por accidente, el rompimiento de una relación importante, una pandemia, etc.
La segunda ley de la dinámica. Se puede aplicar a las relaciones en ambos sentidos. Tanto para cosas positivas como negativas. Prefiero elegir una positiva para contrarrestar un poco los otros dos ejemplos que utilicé para las otras leyes. Esta segunda ley implica la existencia de una relación entre la fuerza que se aplica sobre un cuerpo debe ser proporcional a la aceleración que tendrá dicho objeto. Explico esto con el sentido de responsabilidad personal e individual en cada relación, lo cual trae como consecuencia mediata y a largo plazo sacar lo mejor de la otra persona. Si pones de tu mejor empeño y dedicación a desarrollar la mejor versión de ti en el trato y comunicación hacia la otra persona en la relación (sea cual sea) verás resultados positivos acordes a tus esfuerzos. Esto no quiere decir en ningún momento que te vas a “desvivir” por la otra persona a darle todo lo que crees que esa persona desea o quiere, sino más bien trata sobre la forma y el estilo que utilizas al tratarle. Amor y respeto son dos ingredientes indispensables para el éxito de esta fórmula. Cuanto más fuerza (velocidad) impongas sobre tu relación, mayor será la fuerza (velocidad) del lazo que los una.
La tercera ley, acción y reacción, es muy sencilla de entender su funcionamiento en cualquier relación. Si vienes cual tempestad con rayos y centellas a decirle al otro hasta del mal que se va a morir, dentro de tu rabia expresada con ímpetu, has de esperar que la otra persona reaccione con la misma fuerza con la que entraste. Puede hacerlo de un modo activo respondiendo con el mismo nivel de agresividad con el que viniste, o con pasividad, dejándote saber muy claramente su malestar por otros medios quizás aún más dolorosos para ti.
En consulta privada suelo explicar a mis pacientes que cuando me narran la historia de sus estilos comunicaciones en las diferentes relaciones se me hace difícil de creer porque va en contra de todo principio de física. Es imposible lanzar una pelota en contra de una pared y esperar que la misma se nos devuelva a una velocidad diferente a la que la lanzamos. Muchos me han dicho con convicción, e inclusive jurando, que lanzaron la pelota en contra de la pared de modo sutil, suave, y la misma se devolvió a toda velocidad casi cortándole el pescuezo. Puede dar risa, pero todos sabemos que es físicamente imposible. La única forma que se te haya devuelto a esa velocidad es que la lanzaste con esa misma fuerza, quizás sin percatarte en el momento, pero a los hechos me remito.
La idea es poder tomar conciencia que todos en cierta manera aplicamos estas leyes a nuestra vida en algún ámbito y de alguna manera. Reflexionar y meditar al respecto puede ayudar. Que no haga falta que algo drástico suceda para que nos saque de esa posición de inamovilidad o terquedad.
Esta semana aplica física a tu vida. Revisa cuales leyes están dominando tus relaciones y responde acorde de tus necesidades y voluntad.
martes, 2 de junio de 2020
Indignación
No me sale otra palabra que pueda representar fielmente el estado emocional que aflora en todo mi ser observando la situación sociopolítica del país en el cual vivo y que hace veinte años abrió las puertas para mi familia y para mí.
Estados
Unidos es un gran país, definitivamente es el país con mayores oportunidades que
puedas vivir. He tenido la bendición de poder viajar por muchas ciudades
alrededor del mundo y constatar la grandeza de este hermoso país y de su gente.
Como todo, tiene muchas cosas negativas de las cuales espero pueda modular en algún
momento y atenderlas con la celeridad y urgencia que amerita. Tal es el caso
del profundo racismo arraigado en ciertas clases sociales. Repudio con todo mi
ser personas destinadas y juramentadas para defendernos y cuidarnos a que nos
hagan daño. Sin importar el color de piel, nuestro idioma materno u orientación
sexual, todos los seres humanos tenemos derecho a defendernos y ser tratados
con humanidad.
Sueño con
el día de ver esas mismas masas perturbadoras de la paz social, en lugar de
estar atacando y destruyendo la propiedad privada, tanto de pequeños
comerciantes que no merecen ese trato como de las grandes marcas y empresas,
quisiera verlas enardecidas en contra de las clínicas que permiten abortos, de
los que matan o dañan a los animales o de centros de prostitución y abuso de
menores..
Espero que
toda la tecnología que ha sido desarrollada en este país sea utilizada para
localizar a todos los que vandalizaron las propiedades privadas y las públicas,
las cuales nosotros pagamos con nuestros impuestos. Espero que todo el peso de
la ley caiga sobre esos perturbadores y saqueadores del bien ajeno. Deben correr
con la misma suerte que el policía que le quitó la vida a del señor Floyd, a
quien de paso habría que investigar, pues utilizó un billete falso para pagar y
estaba en estado de ebriedad manejando. Queda claro que no es monje de capilla
ni Boy Scout. Su mal comportamiento y el hecho que haya infringido la ley no amerita
el uso de la fuerza y mucho menos privarlo de ese bien tan preciado al que llamamos
vida. Pero igual hay que sopesar las responsabilidades de nuestras acciones. Estar
en el lugar correcto con la conducta apropiada ayuda a minimizar desgracias
como estas.
Me parece
percibir la mano peluda (y que conste que no guardo rencor hacia personas y/o
animales con abundancia de vellos) de la izquierda facinerosa, muy probable caribeña
y suramericana, juntándose con la extrema izquierda Norteamérica para tomar
partido de etas situación y ganar terreno en las encuestas para las elecciones
de este noviembre. Creo que nuestro presidente tan amado y odiado saldrá triunfante
una vez más. O por lo menos eso es lo que espero por el bien de mi país de origen
(Venezuela) y del país que me acobija (USA).
Es mi
pensar que las personas que se autodenominan como no racistas pueden no saber lo
que están diciendo. Todo ser humano es racista por naturaleza. Me explico.
Desde que nacemos crecemos con la idea acomplejada que para valorar algo tiene
que sentirse como nuestro, igual o parecido a lo que conocemos. Lo que no nos
percatamos es que esa posición defensiva viene de la inseguridad de nuestro
propio ego. Si esta persona no se parece a mi o es diferente, entonces no está bien.
Es una idea equivocada. El miedo al cambio y a lo diferente puede tener un mimo
lugar de origen: la incertidumbre. Este es el primer enemigo de la paz mental. A
la mente no le gusta no saber que viene luego, y por eso crea la ilusión del
control y de lo conocido. Hay que instruirse y educarse para enseñar a futuras
generaciones que el ser diferente está bien y que todos somos iguales en naturaleza,
sobre todo desde la perspectiva espiritual, todos somos hijos del mismo Dios,
creyentes y no creyentes.
Solo hay
una raza: la humana.
La
diferencia entre tú, yo y un miembro del KKK o del BP es que ellos exacerban su
racismo intrínseco y lo manipulan emocionalmente en los niveles del odio. Si se
pudiese medir el racismo con un aparato electrónico que determine el grado de
racismo que padece una persona, quizás a ellos le marcara entre un noventa a un
cien por ciento. Si ese mismo aparato se nos aplica a nosotros también diera
una medida, mucho menor por supuesto, quizás entre un diez a un quince por
ciento, y no contenga la carga emocional negativa del odio que es lo que tanto daño
hace.
Me parece
complicado no poseer ningún tipo de inclinación en temas diversos, sobre todo
como el racial, ya que poseemos ideas, pensamientos, criterios, opiniones y
paradigmas que nos llevan a sacar conjeturas acerca de prácticamente todo en la
vida. Todos estamos “BIAS”, es decir, lo cual se traduce literalmente como parcializado,
pero se entiende mejor como alienado de una idea preconcebida. Al tener criterio,
el cual pienso casi todos lo tenemos, es imposible no tener una idea
preconcebida contraria a lo nuevo y a lo diferente.
Bajo la
premisa que donde hay odio no hay cabida para el amor, esas personas carecen o
no han aprendido a desarrollar el músculo de su corazón que les permite sentir sensibilidad
hacia lo diferente. Compasión, bondad y mansedumbre son valores que hay
comenzar a sembrar de nuevo en nuestra sociedad. Solo depende de cada uno de
nosotros en nuestros propios círculos sociales, familia, amistades, lugares de
trabajo, siempre dando el ejemplo con nuestra propia conducta.
Quiero
cerrar esta idea pidiendo nos unamos en oración para que nuestro padre
celestial nos ilumine a todos y permita que podamos vivir dignamente los unos
con los otros sin esas barreras raciales y florezca el sentido de la compasión y
el amor mutuo.